Encontraron un niño enterrado: sería Benjamín

Benjamín Gutiérrez, el nene de tres años que desapareció hace un año, y que empezó a ser buscado recién hace dos días, cuando el padre, desde la cárcel, marcó una zona en la que lo había enterrado, después de asesinarlo, fue encontrado, según las primeras versiones, en un poco cavado en la espesura del monte tucumano. "Es él, es él", dijo una de sus abuelas, cuando llegó al lugar donde trabajaban los peritos forenses.

Los policías llegaron a ese lugar, relativamente cerca de la casa donde Benjamín vivía con su familia, y donde pasó su calvario, cerca de las cuatro de la tarde de ayer. Uno de los perros del grupo de bomberos voluntarios de Yerba Buena detectó un montículo justo cuando el arqueólogo forense de la fiscalía, Alejandro Leiva, marcaba el último perímetro.

Vieron que había una sábana con dibujos infantiles al lado. Fue allí que, en medio de la vegetación, encontraron una bolsa con restos de una persona muy pequeña. La contextura física que tenía Benjamín.

Las abuelas de Benjamín, Mónica Gariulo y Mercedes Luna, fueron quienes iniciaron la denuncia, tras las ausencias prolongadas de su nieto, y de testimonios de los hermanitos. Ayer llegaron al lugar, ubicado en el monte lindero al domicilio, y recibieron la noticia sobre el hallazgo.

Jorge Luis Lucero se llama el padre, y el todavía presunto asesino. Según el testimonio de los hermanos del chico, lo habría matado golpeándolo con un bloque de cemento en la cabeza.