El capellán general de la Policía Federal Argentina, Diego de Campos, enfrenta una denuncia por abuso sexual agravado, presentada por un suboficial que actuaba como su chofer. El caso, que generó conmoción tanto dentro de la fuerza policial como en sectores de la Iglesia, está siendo investigado por el juez federal Julián Ercolini, quien citó a De Campos para una declaración indagatoria el próximo 9 de octubre.
La denuncia del suboficial, cuya identidad se mantiene en reserva, describe una serie de episodios que habrían ocurrido en el marco de una relación de poder y subordinación. Según el relato, los abusos comenzaron con insinuaciones verbales y comentarios inapropiados sobre su físico, escalando a tocamientos no consentidos en diversas ocasiones. “El abuso de autoridad era constante, y las represalias incluían cambios de horario y castigos sutiles cuando el suboficial rechazaba los avances de De Campos”, señaló el abogado de la víctima, Jorge Cancio.
Uno de los episodios más graves relatados en la denuncia ocurrió mientras el suboficial estacionaba un auto, cuando el capellán presuntamente le tocó los genitales y lo acompañó con comentarios obscenos. Este episodio, según el denunciante, fue el detonante que llevó a la ruptura definitiva de la relación laboral y personal con De Campos.
Además de los cargos por abuso sexual, la denuncia también incluye acusaciones de corrupción dentro de la Policía Federal, vinculadas a irregularidades en la gestión de las horas adicionales de los custodios y el manejo de viandas en la Escuela de Suboficiales, en las que De Campos estaría involucrado junto a otros oficiales.
El abogado defensor explicó que su cliente tardó en hacer pública la denuncia debido al respeto que tenía por la figura del capellán y el temor a represalias dentro de la fuerza. "Es una persona muy católica, que incluso daba catequesis en su iglesia. La relación de confianza con De Campos se rompió de la manera más atroz", dijo Cancio, quien añadió que la denuncia no solo refleja un abuso físico, sino también psicológico.
La causa se originó en 2020, cuando el suboficial decidió presentar su testimonio ante el Ministerio de Seguridad. Sin embargo, la gravedad del caso llevó a que fuera ratificado en la Justicia. Pese a la denuncia, el capellán continuó en funciones dentro de la Policía Federal, participando incluso en eventos públicos como la peregrinación a Luján, lo que generó indignación en algunos sectores.
Desde el Arzobispado de Buenos Aires informaron que recién la semana pasada tomaron conocimiento de las acusaciones contra De Campos y aguardarán el avance de la investigación judicial antes de emitir un comunicado oficial.