“¡Abrí la puerta! ¡Abrí!”. Esas palabras dichas a gritos escuchó, por toda una hora, la subsecretaria de las Mujeres de la Municipalidad de Neuquén, Alejandra Oehrens, que, presa del pánico, estaba en el interior de su casa del barrio Santa Genoveva, cuidando a su hija enferma.
“Mi nena tenía fiebre y mi marido (el exdiputado Mariano Mansilla) no estaba con nosotras. Todo empezó esta madrugada, cerca de la una. Hasta las dos estuvieron gritando, golpeando y pateando la puerta, el portón. Estaban desaforados. No sé si drogados y desesperados por entrar a robar o atrás había algo más. Ni quiero pensarlo. Siempre viví con amenazas telefónicas porque mi trabajo, es resguardar a las mujeres de los violentos. Pero nunca pasé nada así” se lamentó, en diálogo con Mejor Informado, todavía atónita por tanta angustia vivida.
“Todavía no salí. Tengo que ir a hacer la denuncia, pero es tan fuerte lo que pasó que dejar la casa sola me frena” reconoció, shockeada. Es que en su cabeza aún resuenan los gritos de miedo de su hija y las patadas que dieron contra el frente de la vivienda los atacantes, que finalmente se fueron, momentos antes de que llegara la policía.
“Llamé al 101, y ellos fueron los que se acercaron. Antes traté de comunicarme con los celulares de los que realizan rondas por el barrio, pero no pude. No sé si era un problema de señal o qué. Lo intenté muchas veces, fue desesperante” relató.
"Todo empezó cerca de la una de la madrugada. Hasta las dos estuvieron gritando, golpeando y pateando la puerta, el portón. Estaban desaforados. No sé si drogados y desesperados por entrar a robar o atrás había algo más. Nunca pasé nada así", contó Oehrens.
Presas del pánico
La funcionaria vive frente a la plaza Juan Domingo Perón, en el casco viejo del barrio mencionado. “Al lado tengo un baldío, y los vecinos más cercanos son un matrimonio muy mayor. En la plaza no hay cámaras, y la inseguridad es mucha. Hace tiempo que hay robos. Pero así, con esta modalidad de que te griten y después se queden callados, para que vos pienses que se fueron y salgas, nunca lo escuché” contó.
Lo cierto es que cuando llegaron los policías realizaron rondas por el lugar, pero no dieron con nadie. “Por la ventana yo ví a dos hombres, de más de 30 años, desaliñados. Pero capaz que eran más” recordó.
Ahora sigue presa del horror que vivió, al sentirse en riesgo junto con su niña. De hecho durante la mañana estaba programada una conferencia de prensa, por el anuncio de las capacitaciones a la policía en el marco del programa "Caminando hacia la igualdad", que pidió suspender tras lo ocurrido.
“Sólo queda formular la denuncia. Pero fue terrible lo que pasó” remarcó.