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Jueves 29 de Mayo, Neuquén, Argentina
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Así dieron con la banda que estafaba neuquinos desde la cárcel de Viedma

Engañaron a dos adultos mayores, y se quedaron con 8 millones. El departamento de delitos económicos los atrapó, siguiendo una imagen. Enteráte cómo

Miércoles, 28 de mayo de 2025 a las 16:35
La banda tenía su líder en la cárcel de Viedma

Un  rubiecito de rasgos delicados y acné incipiente, con más pinta de angelito que de ‘atorrante’.  Eso fue lo que descubrieron los miembros del departamento de delitos económicos  cuando miraron la foto que habían usado para habilitar la cuenta de Mercado Pago qué, en cuatro meses, había recibido $8.000.000.  En un intrincado derrotero que terminaba ahí, detrás de esa carita inocente.

Cuándo empezaron a ‘tirar del hilo’ todo les empezó a cerrar. Porque esa cara fresca y sin arrugas era el reflejo de otra con unas cuantas décadas más, que había hecho historia en el delito patagónico. Es que ese ‘Rusito’ era la viva imagen del Ruso qué, con su apodo, le puso nombre a una estafa que sigue usándose hasta hoy.

De hecho, ese Ruso está vivo y casi vuelve a ‘forrarse’ con el mismo engaño. Es que, a ciertos personajes, la cárcel no les impide delinquir.

Tío y sobrino: ‘Ruso y Rusito’

Pero… ¿por qué dieron con ese chico y que fue lo que les permitió descubrir? Al ‘Rusito’ de 17 años que reside en Cipolletti, Río Negro, llegaron después de una exhaustiva investigación, que encabezó el departamento de delitos económicos  de Neuquén. Fue rastreando el destino del dinero que él y sus cómplices  obtuvieron estafando, en noviembre de 2024 y febrero de 2025, a dos adultos mayores neuquinos  que, víctimas de un ardid telefónico, entregaron la friolera de $4.000.000 cada uno. Los engañados lo depositaron en la cuenta de una billetera virtual. Y así, transfiriéndose de una billetera a otra y dividiéndose en pequeñas sumas, la plata llegaría a la cuenta del chico. Desde ahí, la organización creada la recaudaba para volvérsela a dividir en las partes convenidas. Aunque la mayoría quedaba “en familia”, porque una tía del rubiecito y otro pariente (en este caso varón y mayor de edad) eran los nexos en el exterior de una banda que tenía su centro en la cárcel de Viedma, la capital rionegrina. Y una pata en esa provincia y otra en Neuquén, ya que no sólo los estafados eran neuquinos. También la dama y el hombre que actuaban junto con el ‘pibe’.

Ruso apresado y ‘flojo’ de requisas

En la cárcel de Viedma, cumpliendo sentencia desde hacía algún tiempo, estaba (y sigue estando) el Ruso mayor, que es tío del adolescente cipoleño, hermano de la  mujer y también está emparentado con el otro hombre comprometido en el ilícito.

El Ruso no actuó solo. Ya que más allá de su familia otro delincuente preso en el mismo penal lo ayudaría a replicar, otra vez, esa estafa que alguna vez inventó y lleva su nombre. Es un ardid que lo enorgullece y le da chapa de ladrón de carrera en esa prisión en la que, ahora, se sabe que las requisas no son del todo buenas. Porque para llevarla a cabo necesitaban disponer, a libre demanda, de al menos dos teléfonos celulares. Y se sabe que los móviles, por régimen carcelario, en los penales no pueden utilizarse sin restricciones.

“Pero imagínate cuántos celulares habrá en la misma condición (es decir, siendo de uso indiscriminado) si de 60 celdas que tiene la unidad n° 1 requisamos sólo cuatro, y descubrimos  en ellas seis teléfonos en total. Todos de última generación” contó una alta fuente de la investigación.

Se realizaron allanamientos en Río Negro y Neuquén

“Las requisas deberían ser diarias- detalló- Y seguramente habrá faltas administrativas ahora que se descubrió que no se hacían como corresponde” adelantó.

Lo cierto es que esos celulares fueron claves para perpetrar las estafas que, tras la investigación, permitieron desarticular la banda. Aunque todavía sus nexos siguen en la mira.

“El cuento del Ruso”

El ‘Ruso mayor’ de esta historia es célebre en el mundo del delito por haber inventado una modalidad de estafa que está en línea con los engaños conocidos como “el cuento del tío”. Con mucho de histrionismo el hombre (que ideó esto a sus 40 años y ahora pisa los 60) arranca su trampa llamando a alguien desesperado, fingiendo que es un pariente y sufrió un accidente. Entre gritos y llantos pide ayuda, alegando que la aseguradora del auto, una grúa o algún pretexto similar le piden plata para salir del paso, y necesita de un depósito rápido que devolverá ni bien salga de ese problema.

Tras convencer a su víctima corta, y otro cómplice realiza una nueva llamada, esta vez haciéndose pasar por la aseguradora y dando un número de cuenta o los datos de una billetera virtual,  para que el incauto deposite el dinero.

Tras los allanamientos y aprehensiones, la investigación continúa

“Así estafaron a muchos. Y la modalidad, después, se extendió y otros la copiaron. El Ruso arrancó con esta estafa hace 20 años, en Comodoro Rivadavia (Chubut). Y ahora que está preso en Viedma, se ve que quiso continuar con sus trampas” contó el investigador.

Los nuevos estafados denunciaron y así arrancó la pesquisa. La cuenta a nombre del ‘Rusito’ fue clave para ir cerrando el círculo.

“Generalmente se usan menores para la apertura de cuentas, porque si están  a nombre de pibes son menos sospechosas o nadie las busca” explicó la fuente.

Con respecto a esos nexos, al chico de Cipolletti se sumaron su tía (una mujer de alrededor de 40 años que reside en el barrio neuquino Cuenca 15) y otro pariente varón, residente en Centenario. Sus viviendas se allanaron y de allí secuestraron elementos valiosos para la causa.

Una estafa colaborativa

En relación al accionar de los que operaron desde el penal, se descubrió que el Ruso era el que hacía los llamados, fingiendo ser un conocido o pariente. Al cortar, el otro cómplice carcelario llamaba haciéndose pasar por la aseguradora. Los tres miembros de la banda en el exterior recibían el dinero en las cuentas, y lo movían hasta luego repartírselo.

La cárcel de Viedma: desde allí operaban los líderes de la banda

Ahora las indagaciones siguen, porque no se descarta que existan más víctimas que hayan sido estafadas por el grupo.

Quien brindó una reflexión sobre el tema fue el comisario inspector Rafael Guerra, jefe del departamento de delitos económicos neuquino. “Hay que estar muy atentos, y cortar cuándo se reciben llamadas que despiertan sospechas. E instar a los adultos mayores-que suelen ser el blanco preferidos de estos delincuentes- a desconfiar, para no caer en trampas” aconsejó, en diálogo con Mejor Informado.

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