Miguel Ángel Valenzuela tenía 30 años cuando fue visto por última vez. Este miércoles, casi un año después, la Policía de Río Negro activó el protocolo de búsqueda de paradero. La denuncia, radicada en la subcomisaría 69, llegó con incertidumbre. Según fuentes policiales, los familiares dijeron no tener contacto con sus amistades ni conocer con certeza el lugar donde podría encontrarse.
Valenzuela no tenía un empleo estable, aseguran sus allegados. También reconocieron que atravesaba problemas de adicción. En los informes oficiales no se detalla cómo era su vínculo con la familia, aunque algunos datos deslizan que la relación era, al menos, distante. Lo cierto es que, después de meses sin novedades, el caso comenzó a tomar fuerza recién ahora.
Desde la Policía difundieron algunas características físicas que pueden ayudar a identificarlo: contextura delgada, 1,75 metros de altura, tez blanca y ojos verdes. No hay registro de la ropa que vestía al momento de desaparecer. Cada dato se vuelve crucial ante la falta de señales.
La fiscal Verónica Villarruel, a cargo de la Fiscalía N° 1 de Roca, está al frente de la investigación. Cualquier información puede marcar la diferencia. Por eso, las autoridades piden que quien tenga algún dato lo comunique al 2984-537368 o al 911. Mientras tanto, el caso de Miguel sigue siendo un enigma que su familia espera resolver.