La madrugada neuquina volvió a ser escenario de un delito breve, casi de película, pero con final previsible. Un hombre fue demorado por la Policía del barrio Gran Neuquén tras haber sido captado por las cámaras de seguridad mientras deambulaba con una batería de auto en brazos. No era suya. Lo supieron después.
Son cada vez más las personas demoradas por este tipo de robos, aprovechando la soledad de la noche y la oscuridad de la luz de la luna para hacerse con elementos ajenos. Las baterías se constituyen un elemento de simple acceso, pero no tan fácil de esconder al ojo de Monitoreo Urbano.
El episodio ocurrió sobre calles Delegados Territoriales Neuquinos y Cabellera del Frío, cuando desde el sistema de Monitoreo Urbano se alertó a los patrulleros sobre un sujeto que se movía de forma sospechosa, cargando un objeto voluminoso a plena noche.
Minutos más tarde, personal de la Comisaría 18° interceptó a un hombre que coincidía con la descripción. Llevaba consigo una batería marca Willard y, al ser consultado, no pudo explicar de dónde la había sacado. El objeto fue inmediatamente secuestrado y el hombre, trasladado a la dependencia policial.
Pero la historia terminó de cerrarse ya con la luz del día: un vecino se presentó en la comisaría para denunciar que durante la noche le habían robado la batería de su camioneta Chevrolet. Al verla, no dudó: era la suya.
La secuencia fue confirmada y ahora el demorado enfrenta cargos por hurto, mientras la Policía destaca una vez más el rol clave del monitoreo urbano como herramienta preventiva y de reacción rápida frente al delito.