Volvieron a hacerlo. A plena luz del día, tres hombres llegaron a un kiosco de Plottier armados con un cuchillo, amenazaron a la empleada, robaron un millón de pesos y huyeron en auto hacia el oeste de la capital neuquina. No era la primera vez. Ya habían estado presos justamente por un hecho similar.
Mientras el Ministerio Público intenta reunir las pruebas necesarias para imputarlos, en los registros judiciales ya figuran con antecedentes. Son mayores de edad, viven en la ciudad de Neuquén y ya han pasado por el sistema. Salieron, y volvieron a robar.
El asalto ocurrió este lunes alrededor de las seis de la tarde. Dos de ellos descendieron de un auto bordó en las calles El Chocón y Collón Curá, entraron al local y amenazaron con un cuchillo a la empleada y a un cliente. Exigieron plata, celulares, tarjetas, y vaciaron la caja registradora: un millón de pesos de recaudación. Pero cuando uno se distrajo, la empleada reaccionó. Tomó un palo y golpeó a uno de los ladrones. Salieron corriendo. El cuchillo quedó tirado en el piso.
La policía actuó rápido. En minutos, el alerta llegó a los patrulleros. El operativo cerrojo funcionó y los localizaron en Cuenca XVI. Fueron detenidos en Avenida del Trabajador y Las Torcazas tras una larga persecución policial. El auto fue secuestrado y también el arma blanca. Criminalística trabaja sobre la escena y las cámaras del sector.
Ahora la fiscalía analiza si hay elementos suficientes para la formulación de cargos. Pero el trasfondo trasciende este caso puntual. El hecho vuelve a poner sobre la mesa una discusión que hoy avanza en la Legislatura: la necesidad de una ley que contemple los antecedentes a la hora de decidir si una persona puede seguir libre.
Estos hombres ya habían sido detenidos antes. Esta vez, no necesitaron armas de fuego para volver a asaltar. Solo un cuchillo y la certeza, quizás, de que podrían volver a salir.