Fue sólo un rato. Bajó apurado para dejar un paquete, dejó la camioneta en marcha y, al regresar, se agarró la cabeza porque el vehículo estaba alejándose, en manos de un desconocido de remera blanca que lo manejaba a toda velocidad.
Todo ocurrió en las calles México y El Chocón, en el barrio Belgrano. El chofer en cuestión manejaba un utilitario Citroën Berlingo dominio AC-435-RQ de color blanco, ploteado con el logo de Andreani, que es la empresa para la que realiza las entregas.
Desesperado tras lo ocurrido el empleado acudió a la comisaría más cercana, con el único alivio de que, antes del robo, había logrado entregar el grueso de la paquetería que formaba parte de esa ronda de reparto.
Final feliz
“Al tomar conocimiento se actuó rápido” relató una fuente policial. Lo cierto es que el móvil fue interceptado y pudo ser recuperado en el centro de la ciudad.
El ‘descuido’ del denunciante (que fue le martes) tuvo final felíz, porque pudo recuperar el rodado de la empresa, y se aprehendió al autor de la sustracción.
Ahora, sin embargo, ya no existirá el “me bajo y subo enseguida, por eso la dejo en marcha”. Es que el hurto sirvió de lección para que esa actitud confiada no se vuelva a repetir.