Una banda narco integrada por jóvenes fue desarticulada esta semana tras una serie de allanamientos simultáneos en Añelo y Centenario. El grupo, que ya había sido investigado anteriormente, realizó transacciones por más de 85 millones de pesos mediante la venta de drogas, según reveló la División Antinarcóticos.
Los operativos, que involucraron a unos 50 efectivos, permitieron detener a tres personas, todas con poco más de veinte años: un varón de 22 y dos mujeres de 24 y 25. En los procedimientos se incautaron casi 250 gramos de cogollos de cannabis, dosis de cocaína listas para el narcomenudeo, una camioneta, un auto, y unos 100 mil pesos en efectivo. También se detectaron tres domicilios clave: dos bocas de expendio en la meseta de Añelo y un lugar de acopio en Centenario.
Lo que empezó con una denuncia anónima a través del QR del Ministerio de Seguridad y la campaña “Neuquén te cuida”, se transformó en una investigación que duró casi dos meses y terminó por desarmar el circuito que unía el corazón petrolero de Vaca Muerta con el Alto Valle.
“Ya habían sido investigados antes, pero esta vez logramos vincular los tres domicilios desde donde se vendía y se almacenaba la droga”, explicó el comisario Nelson Peralta, uno de los responsables del operativo. “En Añelo funcionaban los puntos de venta. En Centenario la acopiaban. Los movimientos entre ambas ciudades eran constantes. Era una ruta interna que se repetía una y otra vez.”
Juventud narco
Lo que sorprendió a los investigadores no fue sólo la estructura de la organización, sino la edad de sus integrantes. No eran capos, eran jóvenes. Sin experiencia criminal sofisticada, pero sí con antecedentes. Gente que había sido allanada antes y que, aun así, volvió al ruedo.
En uno de los domicilios incluso se encontraron elementos para el fraccionamiento de droga y registros de movimientos que confirmaron la magnitud de lo operado: decenas de viajes, transacciones en efectivo y una logística armada con la naturalidad de quien no conoce otra forma de subsistencia.
“La investigación no termina en el que vende”, detalló Peralta. “También buscamos al que fracciona, al que guarda la droga. Por eso los allanamientos son simultáneos. Para que no se avisen entre ellos. Cada paso debe ser quirúrgico.”
Tecnología, denuncias y territorio
El trabajo de inteligencia se apoyó, además, en herramientas digitales y denuncias ciudadanas. En ese sentido, desde la fuerza reconocen que la app y el sistema de QR para denunciar puntos de venta fueron clave: aportaron datos concretos sobre movimientos, horarios y rutinas que permitieron seguir el hilo y reconstruir la ruta de la droga.
Ahora, los tres detenidos fueron imputados y permanecen bajo prisión domiciliaria, a la espera del juicio. La Justicia definirá los próximos pasos, pero para la División Antinarcóticos esto es apenas un tramo en un camino que sigue activo.
Porque mientras el petróleo fluye en Añelo, también lo hace la droga. Y no siempre hay suficientes denuncias, ni QR, ni 50 policías listos para cerrar la grieta.