“Quieren aprovechar el dolor que nos sacude. Usan un alias trucho. Hay sólo un alias correcto, que es el que difundió la familia”.
A través de ese posteo, los familiares y amigos de Pedro Mieres, el joven neuquino asesinado en La Plata, dieron a conocer una terrible estafa de la que estaban siendo víctimas, y aparentemente había sido urdida por un hombre platense.
“Sería alguien de apellido Lucci, que pidió que para colaborar con la familia depositaran al alias ‘justiciaporpablo’” aseguró Cinthia Mieres, una de las hermanas del joven, que era oriundo de Cutral Có y tenía a todos sus parientes allí.
“Nosotros creamos un alias cuando pasó todo. Fue para juntar fondos que nos ayudaran a traer el cuerpo de mi hermano. Ese alias es JUSTICIAPORPABLI, y está a nombre de mi hermana Luna Agustina Mieres. Ahora, como vamos a trasladarnos a Buenos Aires para seguir la investigación de cerca, seguimos pidiendo que colaboren los que puedan y quieran. Queremos también contratar a un abogado, porque un querellante nos permitiría tener acceso a la causa” dijo, en diálogo con “La Primera Mañana” que se emite por AM 550.
Por otra parte aseguró que en la causa aún no hay sospechosos ni detenidos. “Esperamos el resultado de una prueba de laboratorio que se está haciendo sobre una manga de buzo que apareció junto al cuerpo de mi hermano, con la que lo habrían asfixiado” relató, apenada. Y recordó que aún sigue sin aparecer el celular que tenía el joven. “Encontrarlo es importante porque se podrán ver las conversaciones previas, y determinar con quién o quiénes se contactó” dijo.
Una prenda clave
La manga de buzo mencionada estaba en la vivienda que el joven ocupaba en calle 115, entre 46 y 47. La hallaron tirada junto a su cadáver, que apareció desnudo y atado de pies y manos con cordones de calzado. En su cara tenía dos golpes contundentes y en su cuello una marca, que le habría quedado impresa en la piel producto de la fuerza que hicieron para bloquearle la respiración, porque la autopsia determinó que murió por asfixia, provocada de manera mecánica.
El surco producto de esa marca coincide con el trozo de tela, así que desde que fue hallada se convirtió en una pieza clave, por eso la mandaron a analizar. Lo que no se encontró es la prenda completa a la que pertenecería.
Cabe recordar que aunque inicialmente se sospechó de un crimen en ocasión de robo, actualmente se sumaron otros indicios, y se están recabando testimonios entre su círculo íntimo.
Las sospechas que están dando un giro en la investigación están sostenidas en algunas pistas que fueron recabándose. Por caso, piensan que se ‘forzó’ una escena de robo. Ocurre que en el lugar no había grandes faltantes y, en el piso, hallaron un bolso estratégicamente olvidado. Tenía en su interior una pava eléctrica y otros elementos menores. Lo que si falta y aún no se encontró (como se mencionó antes) es el celular de Mieres. Resta aclarar, además, si también se sustrajo alguna suma de dinero que haya formado parte de los ahorros del neuquino.
¿Juego sexual y engaño?
Por otra parte la forma en la que se hallaba su cuerpo también llamó la atención de los investigadores. Es qué, para ellos, se encontró en una pose más sexual que criminal. Estaba sin ropa, tumbado sobre su cara y con sus manos y pies atados sobre su espalda, que estaban anudados fuertemente con cordones de zapatillas, en una postura que lo inmovilizaba.
¿Quién era Pablo Mieres?
Pablo tenía 34 años, nació en Cutral Co, residió en la capital neuquina y desde hacía unos años vivía en Buenos Aires.
Se radicó allí para estudiar Licenciatura en Biotecnología en la Universidad de La Plata. Era secretario de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Ciencias Exactas. Además, a lo largo de su vida universitaria, participó en múltiples actividades solidarias, entre ellas, muchas efectuadas durante la pandemia por COVID-19.
También colaboró un tiempo en el vacunatorio del Hospital San Martín. Tenía una fuerte vocación por la salud pública y, más allá de su rol institucional, era conocido por su sensibilidad artística y participación en espacios culturales. Tocaba instrumentos y formaba parte de actividades corales, lo que le valió el afecto de colegas, estudiantes y amigos.
Con respecto a su sexualidad, la vivía con total libertad y sus familiares y amigos conocieron a todas sus parejas. Actualmente estaba de novio con un hombre colombiano. Justamente él no se encontraba en la previa del crimen. Eso refuerza la idea de que Mieres aprovechó su ausencia para intimar con otra persona.
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