Un comisario de La Pampa quedó envuelto en un escándalo judicial tras un insólito episodio ocurrido durante su casamiento: ordenó a seis presos que prepararan el asado, sirvieran como mozos y limpiaran el salón de fiestas. El hecho, ocurrido el 31 de mayo del año pasado en Lonquimay, fue recientemente juzgado en el Centro Judicial de Santa Rosa.
El protagonista es el oficial inspector, Cristian Martín Galván, jefe de la subcomisaría de Lonquimay, quien celebró su boda en un salón ubicado a una cuadra de la dependencia policial. De acuerdo con la investigación, los detenidos caminaron sin custodia hasta el lugar del festejo y, tras cumplir con las tareas asignadas, regresaron por sus propios medios a las celdas.
El fiscal Guillermo Alberto Sancho acusó a Galván de incumplimiento de los deberes de funcionario público, delito que prevé una pena de entre un mes y dos años de prisión, además de inhabilitación especial para ejercer cargos públicos por el doble de ese tiempo. La causa quedó en manos del juez Andrés Aníbal Olié.
“El debate se inició este miércoles. Estuvieron todos los testigos que ofreció la fiscalía, que son policías. Este jueves, también como testigos de la fiscalía, declararon los detenidos que estaban ahí. Algunos de ellos son los que fueron al salón”, detallaron desde el Ministerio Público Fiscal (MPF) de La Pampa al diario La Arena.
El juicio concluyó este viernes con la presentación de los testigos ofrecidos por la defensa —familiares del acusado— y con los alegatos de cierre. En los próximos días se dará a conocer la sentencia que definirá el futuro judicial y profesional del comisario Galván.
Además del proceso penal, el jefe policial enfrenta un sumario administrativo en la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, por posible uso indebido de recursos estatales y violación de los derechos de personas privadas de su libertad.