CASI DE LA FAMILIA, PERO NO LO ERA

La echaron por teléfono después de 20 años de trabajo, ahora deberán indemnizarla

La mujer fue empleada doméstica de una familia que no tuvo reparos en despedirla. La Justicia condenó a la familia a pagar más de 20 millones de pesos.
miércoles, 15 de enero de 2025 · 18:33

Una historia que comenzó hace más de dos décadas, con una mujer que dedicó su vida a cuidar un hogar, a mantener la casa en orden y, con el tiempo, pasó a formar parte esencial de una familia. Sin embargo el vínculo de lealtad y compromiso de la empleada doméstica se cortó abruptamente, cuando sus empleadores decidieron despedirla por teléfono, sin importar todas las cosas que debió enfrentar, incluso una mudanza a Posadas, para no perder el empleo.

Desde 1999, esta mujer había sido una figura clave en la vida de un matrimonio, primero en San Antonio Oeste, luego en otras ciudades y, finalmente, en Posadas, Misiones, cuando la familia se mudó en 2021. No solo realizaba las tareas domésticas, sino que cuidaba el hogar, las mascotas (incluida una mona), y fue testigo de los momentos más cotidianos de la vida familiar. Durante esos años, la trabajadora se convirtió en alguien de absoluta confianza, casi como un miembro más de la familia. Su relación con ellos era tan cercana que no solo atendía las necesidades de la casa, sino también las emocionales, siendo un pilar de apoyo y compañera en el día a día.

Sin embargo, todo cambió en marzo de 2022, cuando la empleada se encontraba disfrutando de sus vacaciones en San Antonio. Fue entonces cuando recibió una llamada telefónica en la que le comunicaron su despido, de manera verbal y sin ninguna justificación. Un golpe sorpresivo para alguien que había entregado más de 20 años de su vida a la familia, sin recibir siquiera una despedida formal.

Lo que siguió fue una ardua lucha judicial. La trabajadora decidió demandar a la familia por despido injustificado y el reclamo por sus derechos laborales. A pesar de las pruebas documentales y testimoniales que demostraron la existencia de una relación laboral continua, el empleador negó durante todo el proceso haber tenido una trabajadora doméstica a su servicio. Sin embargo, varios testigos, entre ellos vecinos y conocidos de la familia, ratificaron que la mujer había trabajado durante años en la casa, realizando tareas domésticas, mantenimiento de la vivienda y hasta cuidado de los animales.

La Cámara del Trabajo de Viedma, después de analizar la situación y las pruebas aportadas, falló a favor de la trabajadora, reconociendo el despido como "indirecto" por parte del empleador, y ordenó el pago de más de 20 millones de pesos. La indemnización no solo contempló el pago por despido, sino también las diferencias salariales, las horas extras no remuneradas y las multas derivadas de la negativa del empleador a registrar la relación laboral, además de intereses y las costas judiciales a cargo del demandado.

 

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