Chicos inocentes pagando culpas de sus padres

Son 16 niños de 3 a 13 años. Algunos de ellos viven en el "Hogar de admisión La Sirena" desde los últimos tres.Todos están judicializados por alguna situación extraordinaria de sus progenitores. 

Ayer, día de la Virgen, en el Hogar se armó el pinito y se adornó el lugar para esperar la navidad. A nadie escapa que es un momento muy sensible , y especialmente para estos niños que viven separados de sus familias aunque tengan vinculación con algún pariente directo. 

El momento los impulsó a pedir estar con sus afectos, y lo hicieron como pudieron aunque no sea la mejor manera, y en ese deseo de visibilizar sus necesidades, subieron al techo y comenzaron a arrojar piedras, tejas, y elementos que encontraron en la altura. 

Un vecino sin ninguna empatía salió, los insultó y los llamó "huérfanos". Ese calificativo los enardeció aún más. 

Pocos minutos después llegó la policía y la defensora oficial. Hoy están "todos tranquilos y contenidos por el personal del hogar " nos dijo la psicóloga del lugar.

"Tranquilos y contenidos", pero con un dolor y una bronca fácilmente justificable. Ellos pagan  con su sufrimiento las culpas de sus padres, de uno o de ambos.

Años viviendo en hogares, porque además la justicia no resuelve con rapidez. Poco tiempo atrás visitamos otro hogar, donde una niña de once años transcurrió allí toda su vida,  y vio entrar y salir a todos los otros niños que tuvieron la suerte de resolver su situación o encontrar una familia en adopción. 

Muchos factores tendrían que alinearse para resolver la situación de estos chicos. Principalmente, y dado que los padres no pudieron o supieron cumplir con su rol para no perjudicar a los hijos,  que la justicia de familia sea expedita, humana y prime el sentido común.