No hay detenidos por la toma de la iglesia de El Bolsón

Luego de una tarde caliente, con protestas en la puerta de la comisaría, y gases de estruendo para dispersar a los manifestantes, la Justicia ordenó la liberación de los cinco detenidos por la toma de la parroquia Virgen de Luján de El Bolsón. La fiscalía prepara la formulación de cargos contra el grupo de personas que irrumpió y causó daños en la pintoresca capilla ubicada a metros de la plaza principal de la localidad.

Los cinco detenidos son cuatro mujeres y un hombre a los que la fiscalía ya identificó y les iniciará una causa por resistencia a la autoridad y daños. Tres de ellos fueron apresados en la esquina de la capilla y a unas cuadras, y trasladados a la comisaría 12, que permaneció durante toda la tarde custodiada por efectivos del grupo especial COER.

En tanto que los otros fueron capturados en el ingreso al hospital de la ciudad. Es que uno de los detenidos anteriormente fue trasladado allí para recibir atención médica. Estas dos personas se hicieron presentes y pedían la liberación y ante los daños ocasionados terminaron presos.

Desde la comunidad Mapuche comunicaron que los primeros tres arrestados fueron Laura Millañanco, Guadalupe Troncoso y Diego Reyes, integrantes de la Pu Lof Resistencia Cushamen, (comunidad reprimida por Gendarmería y que derivó en la desaparición y luego aparición ahogado de Santiago Maldonado). También quedaron arrestados Cecilia Troncoso y Cielo Silva, también de la misma Lof.

Los miembros de la Lof Resistencia Cushamen, que residen en Chubut, irrumpieron cerca del mediodía de ayer en la capilla, mientras en Bariloche la Justicia sentaba en el banquillo de los acusados a los integrantes de la Lof Lafken Winkul Mapu, quienes mantienen la usurpación de tierras de Parques Nacionales y algunos predios privados en Villa Mascardi, y les volvían a notificar la orden de desalojo vigente sobre el loteo del Obispado de San Isidro. 

La toma de la capilla de El Bolsón tenía como finalidad poder presionar a las autoridades y establecer una comunicación con el obispo de San Isidro, Oscar Ojea para reclamarle que levante la denuncia por usurpación. Ante la imposibilidad, provocaron daños de todo tipo como la profanación de símbolos caros de la religión católica, como la destrucción de un confesionario, las pintadas en las paredes, en una bandera argentina, en la Virgen de Luján, en un cristo del altar, y hasta tiraron la copa del cáliz.