Los chinos entrarían en tren a Vaca Muerta

En 2015, el entonces ministro de Transporte, Florencio Randazzo, anunció, desde China, que, por pedido “de la presidenta Cristina Kirchner”, se había firmado una carta de intención para duplicar el financiamiento para la recuperación de los trenes de carga en Argentina, con la empresa China Machinery Engineering Corporation (CMEC).

Entonces, el crédito solicitado a CMEC para presuntamente mejorar la infraestructura a través de empresas nacionales ya entraba en un segundo tramo, y alcanzaba los 2.400 millones de dólares “que invertiremos íntegramente en renovación de vías e infraestructura ferroviaria de cargas a través de empresas argentinas”, dijo Randazzo en aquella ocasión, desde el lejano país asiático.

Esa plata de inversión, no se sabe si toda o parte, llegó efectivamente al Estado Argentina, y el gobierno que siguió al de Cristina Kirchner, el del ingeniero Mauricio Macri, lo utilizó, efectivamente, en obras ferroviarias. La principal de ella, las que se hicieron en el Belgrano cargas.

Guillermo Dietrich, en ese año (2017) ministro de Transporte, reafirmó entonces que el proyecto total estaba financiado por un crédito de la firma CMEC, que “fue ampliado en la última visita de la delegación del gobierno nacional a China” para incluir “obras fundamentales” como los accesos a los puertos de Rosario, la circunvalación a Santa Fe, y otras. Se aseguraba que los componentes de esas obras “serán en un 65% de origen argentino”.

Otro ministro de Transporte, el del gobierno actual de Alberto Fernández, visita hoy Neuquén, en este aciago 2020. Mario Meoni anunciará una serie de obras de construcción de estaciones terminales de ómnibus, entre ellas, en Neuquén, la de Zapala. Pero el interés mayor de su visita es desplegar el “renacimiento” del tren a Vaca Muerta. Este proyecto tiene una inversión total de 784 millones de dólares. Ese financiamiento proviene de la misma empresa que firmó aquellos convenios iniciales con Randazzo en el gobierno de Cristina Kirchner: CMEC.

Así, los chinos pondrán un pie, por primera vez, en Vaca Muerta. En el mapa global, y en la actual puja despiadada, con raíces profunda en los intereses económico geopolíticos, que se libra entre Estados Unidos y China, no es un dato menor, sino, por el contrario, relevante.