Llegan las ballenas. ¿Se las podrá ver?

El año pasado el avistaje de ballenas en Península Valdés fue premiado como el mejor destino turístico del continente, pero la pandemia de coronavirus ha puesto en peligro ese espectáculo durante este año. “Si todo va bien, podríamos tener turismo regional o provincial”, aventuró el vicepresidente de los Guías Balleneros de Puerto Pirámides, Pablo Fioramonti.

En diálogo por AM 550 y 24/7 Noticias, señaló que “nosotros empezamos con las tareas de acondicionamiento de las embarcaciones y toda la logística como todos los años, a lo que agregamos los protocolos que nos indicó la autoridad de Salud y Turismo” de la provincia del Chubut.

“Es un espectáculo único que nos tiene por ahora como espectadores privilegiados a los pobladores de la Península, ya que las vemos desde la costa cómo van llegando”, indicó en el programa “Viaje al puerto de la noche”.

“La situación es muy dinámica, todo puede cambiar”, sostuvo respecto a la evolución de la pandemia y la liberación de actividades como el turismo. Todos los años, la temporada de más llegada de turistas comienza en el mes de septiembre y se extiende hasta fines de noviembre y “por ahora creemos que será para el turismo regional o provincial” ya que es “muy difícil” que arriben visitantes extranjeros deseosos de observar el espectáculo único que ofrecen las ballenas y sus crías, a sólo metros de las embarcaciones.

También todos los años,  los organismos provinciales y de científicos realizan un censo aéreo y de terreno sobre la cantidad de ballenas que arriban a las costas chubutenses y en especial a los golfos que conforman la Península Valdés, aunque este año por la situación sanitaria, ese conteo no se ha realizado.

La ballena franca austral (eubalaena australis) es un cetáceo que al nacer mide entre 4 y 6 metros y pesa 3 toneladas. Crece a razón de tres centímetros y medio por día, hasta alcanzar los 16 o 17 metros y las 50 toneladas cuando es adulto. Las hembras son más grandes que los machos. Es, sin dudas, uno de los animales más grandes del mundo y su sello característico es la enorme cabeza cubierta con callosidades.

Estos animales llegan a las aguas del Chubut para aparearse. La gestación dura un año y cada hembra da a luz sólo una cría por vez. Los dos años siguientes al nacimiento, la ballena madre se dedica en forma exclusiva a su cría. Durante los primeros 12 meses la amamanta y no se separa de ella, y al año siguiente procura que aprenda a valerse por sí misma.

Los últimos registros señalan un promedio de mil ballenas que llegan a las aguas de la costa chubutense.