Los vínculos argentinos con el ejército de Putin

El 10 de diciembre de 2021, mientras se conmemoraba el Día Internacional de los Derechos Humanos y se celebraba un nuevo aniversario del regreso a la democracia -de la mano de Raúl Alfonsín, en 1983- el gobierno de Alberto Fernández anunciaba que el ejército de la Federación Rusa formaría a soldados argentinos, allá en aquella gélida geografía.

Lo comunicaba a través del sitio oficial argentina.gob.ar con las siguientes palabras: “El ministerio de Defensa suscribió un acuerdo con el ministerio de Defensa de la Federación Rusa para que oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas del país puedan recibir adiestramiento en los centros académicos castrenses rusos”. Y el ministro Jorge Taiana lo presentaba como “un paso que permitirá un mayor relacionamiento entre ambas Fuerzas Armadas”.

Ya en aquel momento, los diputados de Elisa Carrió (CC-Ari) pusieron el grito en el cielo; y ahora, tras la invasión de Rusia a Ucrania, los bombardeos, las muertes y el abanico de horrores que se resumen en una sola palabra (guerra) pidieron la anulación de aquel convenio.

La afinidad del gobierno de los Fernández con el régimen del ex KGB (grupo de espías de la ex URSS) preocupa a la oposición, y quedó expuesta en los tuits del propio Alberto. “Es un honor haberme reunido con Vladímir Putin, presidente de Rusia. Tuvimos la oportunidad de intercambiar ideas sobre cómo podemos complementar mucho más el vínculo entre nuestras naciones”, escribió el 3 de febrero. Y unos pocos días más tarde, 24 del mismo mes, ensayó una tímida reflexión sobre la invasión a un país soberano: “Lamento profundamente la escalada bélica que conocemos a partir de la situación generada en Ucrania. El diálogo y respeto a la soberanía, la integridad territorial, la seguridad de los Estados y a los derechos humanos garantizan soluciones justas y duraderas a los conflictos”.

Entre otras cosas, los legisladores de la CC-Ari advirtieron que “no es momento de abrazar falsas utopías ideológicas ni de esperanzarse en el beneficio de quien, al margen de los hechos, espera paciente beneficios a otros negados. Es una crisis mundial que exige definiciones y asumir riesgos. La libertad tiene un precio y para sostenerla debemos estar dispuestos a pagar. En otros tiempos fuimos también tibios e incoherentes. El mundo tiene memoria y lo recuerda. No repitamos los errores del pasado”.

Mejor Informado ya había dado cuenta de la preocupación opositora sobre la empatía del gobierno nacional hacia Rusia y China, con advertencias sobre eventuales repercusiones en el ámbito de las operaciones comerciales a gran escala. Ahora las cosas se precipitaron y aquello de la formación de tropas exige una explicación.