La invasión de tropas rusas a territorio de Ucrania, que se desarrolla desde las primeras horas del jueves, hizo que salieran a la luz historias desconocidas de deportistas que viven momentos realmente dramáticos. Una de ellas, quizás la más impactante, tiene que ver con Edmar Lacerda un futbolista brasileño que se casó para poder ser convocado por la Selección ucraniana, pero por un llamado del ejército de ese país casi termina en la guerra.
Todo comenzó en 2002 cuando fue fichado por el Tavriya Simferopol de Ucrania, donde brilló y destacó, haciendo que otro equipo importante como el FC Metalist se interesara por sus servicios. Conoció y se casó con Tetiana Halovskyi -de quien tomó los apellidos- y decidió naturalizarse como ucraniano, para tener la oportunidad de brillar en algún Mundial con el combinado nacional.
Sin embargo, no contaba que al haber adquirido la nacionalidad europea, era elegible en el ejército. En junio de 2014, debido a la Guerra del Donbás, recibió una carta para presentarse a combatir y así cumplir con su deber de ciudadano. "Al comienzo, mis compañeros de equipo bromearon conmigo pensando que no era verdad, pero después presenté el documento y todos vieron que era en serio", le contó a Globo Esporte tiempo atrás.
El Metalist, enterado de la dura noticia, se puso a trabajar para evitar que su futbolista deba cumplir con tremenda responsabilidad y días después todo se solucionó: “Consulté sobre la situación a la directiva del club y se resolvió todo, aparentemente fue un error del ejército. En 2004 hubo una revolución en Ucrania, pero fue pacífica, nunca vi nada parecido".
Lacerda completó 15 partidos con el combinado local, en los que logró un gol. Sin embargo, pese a sus esfuerzos, no pudo clasificarse a ninguno de los últimos Mundiales 2014 ni 2018. Hoy, con 41 años, y ejerciendo la función de segundo coach, planea su salida para abandonar el país, en medio de una guerra entre Rusia y Ucrania que acaba de comenzar y no se sabe cuándo terminará.