En el Municipio de Roca, una escena desgarradora. Una mujer policía, junto a su esposo penitenciario y sus cuatro hijos, tomó una medida extrema: encadenarse dentro del edificio en un acto de desesperación y resistencia. Los menores, aunque no estában atados, permanec+ian en los brazos de su madre, testigos involuntarios de una lucha que parece no encontrar eco en las autoridades. Finalmente después de varias horas de tensión, la promesa de revisión del caso sirvió para que depongan la actitud.
El motivo de la protesta es un terreno en el que ya habían comenzado a construir su futuro. Sin embargo, el lote de carácter social, habría sido reasignado a otra familia, desatando un conflicto que los llevó a esta drástica acción.
La incertidumbre y el dolor se reflejan en los rostros de los integrantes de la familia, mientras esperan una respuesta que no llega.
La fiscal Jessica González se presentó en el lugar, pero según los afectados, su presencia no trajo soluciones. La indiferencia institucional se convierte en un peso insoportable para quienes apostaron todo por recuperar lo que consideran suyo.
Mientras tanto, el municipio guardó silencio. Tampoco se conoció alguna opinión de la intendenta María Emilia Soria, quién se mantuvo sin pronunciarse sobre el reclamo. Personal policial que trabajó en el operativo confió a Mejor Informado que en ningún momento existió una comunicación con la mandataria, quien tampoco se acercó a las oficinas donde se desarrollaba el escándalo.
La situación se torn+o aún más crítica cuando se revel+o que uno de los niños sufre problemas cardíacos. La tensión aumentó y la necesidad de asistencia médica se volvió urgente. Una ambulancia del Siarme estuvo en el lugar, pero no fue necesario que los especialistas en emergencias médicas intervengan.