El boleto más barato... sin ayuda nacional
En un país donde la tarifa del colectivo se convirtió en una pesadilla para millones, Neuquén capital rompe la lógica: sostiene una de las tarifas más bajas del país, sin depender del auxilio del Estado nacional. El valor actual del pasaje es de 1.140 pesos, congelado desde noviembre de 2023, y muy por debajo del promedio nacional.
Según un relevamiento reciente, Neuquén ocupa el puesto 24 sobre 27 en el ranking de las ciudades con el boleto más caro del país. En contraste, en Pinamar el mismo viaje cuesta 2.105 pesos, mientras que en ciudades como Bahía Blanca, Córdoba o Bariloche, el valor ronda los 1.500 a 1.900 pesos.
La capital neuquina no solo resiste la suba, sino que lo hace sin el respaldo de los subsidios nacionales, eliminados por el Gobierno en su ajuste sobre las provincias.
¿Cómo lo hicieron? Claves de la fórmula neuquina
La Municipalidad de Neuquén sostiene que el secreto está en la eficiencia en el uso de recursos públicos. Ante la eliminación del Fondo Compensador del Interior, que cubría parte del costo operativo del sistema, la ciudad tomó la decisión política de sostener el servicio con fondos propios.
Esto significa que el sistema no se desfinancia ni se traslada el ajuste directamente al bolsillo de los usuarios, como sí ocurrió en gran parte del país. “Preferimos congelar la tarifa y fortalecer la recaudación con gestión”, aseguran desde el Ejecutivo municipal.
Además, se sumó una apuesta tecnológica: la app COLE, que permite consultar frecuencias, planificar viajes y recibir información en tiempo real. Una herramienta pensada no solo para mejorar la experiencia del usuario, sino también para optimizar los recorridos y reducir costos operativos.
¿Cuánto cuesta viajar en otras ciudades?
Para dimensionar el contraste, basta ver lo que ocurre en otras localidades:
- Bariloche: $1.980
- Córdoba: $1.340
- Mendoza: $1.200
- Salta: $990
- Rosario: $940
- AMBA (con subsidio): $270
Incluso ciudades con fuerte apoyo nacional, como Buenos Aires y el conurbano, presentan tarifas irrisorias en comparación, pero a costa de un sistema altamente subsidiado y en muchos casos colapsado.
Neuquén, en cambio, logró mantenerse accesible sin esa asistencia externa.
Transporte público: más que un boleto barato
La política tarifaria es solo una parte de una estrategia más amplia. La ciudad avanza en la modernización de unidades, renovación de recorridos, incorporación de paradas inteligentes y el seguimiento de frecuencias en tiempo real.
El objetivo: que más personas elijan el transporte público por calidad y no solo por precio. Según datos municipales, en los últimos meses aumentó el nivel de uso del sistema, lo que se interpreta como una señal de confianza por parte de los vecinos.
En tiempos donde viajar en colectivo se volvió un lujo en muchas ciudades, Neuquén muestra que con decisión política y buena administración, se puede ofrecer un servicio accesible y moderno, sin depender de los fondos nacionales.