Las rutas en mal estado son un peligro silencioso para los automovilistas, pero cuando el daño está hecho, ¿quién responde? Esta vez, la historia no terminó en resignación: un conductor que vio su BMW X6 varado por la destrucción de sus cubiertas enfrentó la negativa de su aseguradora y, tras una batalla legal, logró que la Justicia la obligara a indemnizarlo con más de dos millones de pesos, además de los intereses y el daño punitivo.
El 2 de enero de 2023, mientras regresaba a Villa Regina por la Ruta 151, un automovilista sufrió un golpe brutal al caer en un bache invisible. El impacto destrozó dos llantas y dejó su vehículo detenido sin posibilidad de seguir viaje. El daño era evidente: rotura de cubiertas, llantas y guardaplast. Con la certeza de que el siniestro debía estar cubierto por su aseguradora, el hombre presentó la denuncia al día siguiente. Fotos, presupuestos y detalles fueron entregados puntualmente. Lo que siguió, sin embargo, fue una negativa rotunda.
Silencio, rechazo y el inicio de una batalla legal
El asegurado hizo lo correcto: notificó el daño, presentó la documentación y aguardó la respuesta. Pero la aseguradora tardó más de 40 días en expedirse. Cuando lo hizo, fue para rechazar el reclamo. Alegaron que el daño no estaba contemplado en la póliza y que solo se cubrían siniestros de responsabilidad civil contra terceros.
La negativa era injustificada y, más importante aún, fuera de los plazos legales. Convencido de su derecho, el automovilista llevó el caso a los tribunales rionegrinos.
Los plazos que definieron el fallo
El eje del litigio fueron los tiempos. La jueza Paola Santarelli, del Juzgado Civil 21 de Villa Regina, recordó que según la Ley de Contrato de Seguro, las aseguradoras tienen 30 días para expedirse tras una denuncia. Si no lo hacen, se presume que aceptan el siniestro.
El demandante había cumplido con cada requisito dentro de los tiempos estipulados. La aseguradora, en cambio, no. Esa omisión invalidó el rechazo y dejó sin efecto la discusión sobre el alcance de la póliza.
El fallo fue contundente. La compañía debe indemnizar al asegurado con $2.287.720,82, además de pagar intereses y daños punitivos. También se le ordenó cubrir los costos del juicio, honorarios de abogados y peritos.
Para el automovilista, este triunfo no solo representó una victoria personal, sino una advertencia para quienes atraviesan situaciones similares. En un país donde las rutas castigadas son moneda corriente y las aseguradoras buscan excusas para no pagar, su historia recuerda que la ley, cuando se respeta, inclina la balanza hacia la justicia.