La infancia más postergada de Neuquén, Plottier y Centenario vuelve a mostrar las consecuencias del abandono estructural. Según el relevamiento realizado por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), el 51% de los niños y niñas que asisten a comedores y merenderos de la región presentan algún tipo de malnutrición.
El dato surge del Índice Barrial de Situación Nutricional, una medición que el organismo realiza anualmente con técnicas antropométricas. En esta ocasión se censaron 334 niños de zonas vulnerables, muchos de los cuales acuden a los merenderos para poder completar una de las cuatro comidas diarias.
“Estamos hablando de chicos que comparten su comida en el basural, que no tienen DNI ni están escolarizados. Es la infancia más olvidada de nuestra provincia”, advirtió Mercedes Lamarca, directora del ISEPCI Neuquén, durante la presentación del informe.
La situación, lejos de mejorar, empeora con el paso de los años. En 2019, el índice de malnutrición en esta población era del 38%. Hoy, apenas cinco años después, trepó al 51%. La mayoría de los casos corresponden a cuadros de sobrepeso y obesidad, una consecuencia directa del consumo de carbohidratos, grasas y azúcares como principal fuente calórica. Pero lo más grave es que también creció la desnutrición, que pasó del 1% al 2,1% en el último año.
“Esto impacta de lleno en los procesos cognitivos, en enfermedades como la hipertensión y la diabetes, y en el desarrollo general de los niños. Muchos no tienen acceso a proteínas ni nutrientes esenciales en las primeras etapas de su vida”, explicó Lamarca.
El estudio detectó que la franja etaria más comprometida es la de 6 a 10 años, con un preocupante 62% de malnutrición. “Estamos hablando de una edad en la que los chicos deberían estar en la escuela. Pero o no llegan, o las escuelas no pueden detectar el problema”, señaló la directora.
Los datos se enmarcan en un contexto de creciente emergencia social, con barrios enteros en situación crítica. Según el informe, la mayoría de los comedores relevados están ubicados en zonas periféricas, como la Meseta neuquina, donde las condiciones de vida son extremadamente precarias.
Finalmente, Lamarca aclaró que el objetivo del informe “no es generar alarma, sino brindar herramientas a quienes deben tomar decisiones para garantizar el derecho básico a una alimentación adecuada en la infancia”.
En paralelo, durante la presentación también se brindarán los datos actualizados del Índice Barrial de Precios de mayo, que mide la evolución del costo de los alimentos en los barrios populares. Un factor clave que incide directamente en la calidad de la dieta y en el acceso a productos esenciales para una niñez saludable.