La historia se repite con una frecuencia alarmante. En Costa Esperanza, uno de los barrios más poblados de Las Perlas, más de 4.000 personas llevan una semana sin agua corriente debido a la rotura de la bomba sumergible que abastece al sector. El desperfecto, ocurrido el jueves 12 de junio, dejó a cientos de familias sin acceso a un servicio esencial en pleno invierno.
La situación, lejos de ser una novedad, se repite cada año. Según denunciaron los vecinos, la bomba no recibe mantenimiento preventivo adecuado, lo que provoca su colapso cíclico. A pesar de los reiterados reclamos, la municipalidad de Cipolletti confirmó recién el martes que el problema radica, una vez más, en la falla total del equipo, que deberá ser reemplazado.
El agravante este año es que la rotura coincidió con dos fines de semana largos consecutivos, lo que ralentiza el proceso de compra de una nueva bomba y extiende los días sin servicio. Mientras tanto, la única alternativa implementada es el llenado de un tanque comunitario, medida que los vecinos califican como insuficiente y precaria.
Este miércoles los vecinos de Costa Esperanza tenían previsto reunirse en la delegación municipal para exigir respuestas. Sin embargo, la reunión fue postergada para el sábado, lo que generó indignación y frustración entre los habitantes del barrio. “Estamos sin agua hace una semana, con temperaturas bajo cero. Es una falta de respeto”, señalaron.
Desde la Secretaría de Gobierno de Cipolletti indicaron que los técnicos están evaluando si la bomba puede ser reparada. “Se le hicieron las mediciones y hay que ver si el bobinado está en condiciones. Desde Servicios Públicos sacaron y revisaron la bomba sumergible y comprobaron que está rota, trabada. El motor por su parte está en buen estado, por lo que procederán a poner durante este jueves una usada realizando una unión y adaptación soldada.
Sin agua para lo básico
La falta de agua corriente afecta todas las dimensiones de la vida cotidiana: cocinar, higienizarse, limpiar, cuidar a niños y adultos mayores. En un contexto de bajas temperaturas, la situación se vuelve aún más crítica. “No podemos ni calentar agua para bañarnos. Hay familias con bebés, con personas mayores, con enfermedades crónicas. Esto no es solo una incomodidad, es una emergencia sanitaria”, denunciaron
-