En medio de una creciente tensión fiscal y con las provincias asfixiadas por el recorte de transferencias nacionales, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, se sumó a un contundente reclamo colectivo que busca frenar el deterioro de las cuentas provinciales. El encuentro, realizado en Buenos Aires y encabezado por un grupo transversal de mandatarios, fue la antesala de un nuevo frente de presión política contra la administración de Javier Milei.
La reunión tuvo lugar en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI) y fue el espacio elegido por gobernadores de distintos signos políticos para consensuar un documento conjunto con destino a la Casa Rosada. La propuesta incluye el impulso de un proyecto de ley que redefine la distribución del Impuesto a los Combustibles Líquidos, con el objetivo de eliminar los fondos fiduciarios actuales y permitir que cada jurisdicción decida, con mayor autonomía, el destino de esos recursos.
La movida no es casual: se da en un contexto de profunda fragilidad financiera para las provincias, que denuncian recortes sistemáticos por parte del Gobierno Nacional. El planteo central gira en torno a la necesidad de un reparto más equitativo de los recursos públicos y de una aplicación estricta del régimen de coparticipación vigente, establecido por la Ley 23.548.
"El problema ya no es político ni ideológico: es estructural. Las provincias están siendo asfixiadas y eso pone en riesgo la gobernabilidad, la obra pública y la prestación de servicios esenciales”, explicaron fuentes cercanas a la reunión. El documento señala que redireccionar el Fondo de Aportes del Tesoro Nacional según los criterios de coparticipación sería un paso concreto hacia un federalismo más auténtico.
El gobernador Weretilneck, tras participar activamente en la discusión, fue claro en su mensaje: "Lo que estamos planteando es sentido común. No pedimos privilegios, sino que los recursos que se generan en cada rincón del país se distribuyan con criterios justos y previsibles. Es tiempo de avanzar hacia un federalismo real”.
Junto a Weretilneck, firmaron el reclamo los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Jorge Macri (CABA), Martín Llaryora (Córdoba), Alfredo Cornejo (Mendoza), Raúl Jalil (Catamarca), Ignacio Torres (Chubut), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Claudio Poggi (San Luis), Hugo Passalacqua (Misiones) y Gustavo Sáenz (Salta). También participaron los vicegobernadores de La Rioja, Santa Cruz y Chaco, y la neuquina Zulma Reina.
El documento que presentaron sostiene que la reasignación de fondos no implica un desequilibrio para las cuentas nacionales, sino una redistribución más justa en línea con el espíritu federal consagrado en la Constitución. El reclamo de los gobernadores ocurre en un momento crítico, en el que la reducción de transferencias, la paralización de obras públicas y la caída de la actividad económica empujaron a muchas provincias a revisar presupuestos, suspender programas sociales y retrasar pagos a proveedores.