Una postal grotesca se escondía detrás de las heladeras y los mostradores de varias carnicerías en Las Grutas y San Antonio, un megaoperativo coordinado entre la Brigada Rural de la Policía de Río Negro y técnicos del Ministerio de Desarrollo Económico y Productivo dejó al descubierto un panorama alarmante: casi dos toneladas de carne fueron decomisadas por presentar graves irregularidades sanitarias, desde putrefacción visible hasta rastros de faena clandestina.
El despliegue arrancó temprano, a las 9:30, y se extendió hasta caída la tarde. En total, 14 locales dedicados a la venta de carne fueron inspeccionados, y en muchos de ellos la situación era directamente repugnante: piezas sin rotular, cámaras sucias, faltante de frío y hasta cortes que claramente no habían pasado por ningún control bromatológico.
Además de los decomisos, se labraron múltiples infracciones a la Ley Provincial 2534, que regula la habilitación y funcionamiento de establecimientos dedicados a la faena y comercialización de carne. Pero también se detectaron faltas graves al Código Alimentario Argentino, lo que agrava aún más la situación legal de los comercios involucrados.
Según trascendió, la carne en mal estado no solo provenía de canales de faena ilegal, sino que algunos comerciantes refrigeraban y revendían cortes vencidos, incluso con signos visibles de descomposición. En algunos casos, los productos no tenían ningún tipo de identificación, lo que impide conocer su origen, fecha de faena o si habían sido inspeccionados por un veterinario.
La mayoría de los decomisos corresponden a carne sin trazabilidad y en algunos casos, en evidente estado de descomposición”, reconoció una fuente policial que participó del operativo y quedó impresionada por lo que vio.
Las actuaciones ya fueron elevadas a las autoridades competentes, y no se descarta que en los próximos días se dispongan clausuras preventivas y sanciones más severas. En paralelo, desde el Ministerio de Desarrollo Económico reconocieron que este tipo de operativos se intensificará de cara al invierno, cuando crece la demanda de carne en los destinos turísticos del Golfo San Matías.
Los investigadores no descartan que detrás de estos locales haya una red de distribución ilegal mucho más amplia, con ramificaciones en otras ciudades de la región.
Mientras tanto, el operativo dejó en claro una advertencia para los consumidores: no todo lo que parece fresco en la góndola, lo está. Y para algunos carniceros de Las Grutas, la carnada del negocio fácil acaba de volverse indigesta.