Trabajadores del hospital de Pedro Moguillansky de Cipolletti, nucleados en la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) se declararon en estado de alerta debido a la falta de profesionales médicos en el área de neonatología. La situación, que se arrastra desde hace meses, pone en riesgo la continuidad del servicio, afectando la atención de recién nacidos y madres en una de las instituciones sanitarias más importantes del Alto Valle Oeste. El reclamo se suma al pedido de mayor seguridad en el hospital para evitar episodios de violencia como el que se registró el fin de semana.
Actualmente, el servicio de neonatología cuenta con dos médicos neonatólogos activos, quienes trabajan día por medio en guardias de 24 horas para atender consultas y urgencias. La alta demanda de pacientes hace que el personal disponible sea insuficiente, lo que obliga a derivar neonatos a otros centros de salud de la provincia, dejando a muchas familias en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad.
A la falta de personal se suma la lentitud en el ingreso de nuevos médicos al sistema, un proceso que puede demorar hasta un año debido a trámites administrativos. Esta situación pone en jaque un sector indispensable para la atención de recién nacidos en condiciones críticas, afectando la capacidad del hospital para responder a emergencias obstétricas y neonatales. Además de los hechos de violencia hacia el personal sanitario. La secretaria general del gremio, Paola Suárez, advirtió que la crisis en neonatología pone en riesgo la vida de los neonatos y, en consecuencia, la de sus madres. Además, exigió una respuesta inmediata por parte del ministerio de Salud y solicitó la incorporación urgente de profesionales y la garantía de recursos para evitar el cierre del área.
El Hospital de Cipolletti es un centro de complejidad 6, lo que significa que debería contar con infraestructura y personal especializado para atender casos de alta gravedad. La situación se agrava por la derivación de pacientes desde otros hospitales del Alto Valle.