Con compromiso, planificación y una mirada estratégica sobre los residuos peligrosos, el Gobierno de la ciudad de Neuquén, a través de la Subsecretaría de Medio Ambiente y Protección Ciudadana, avanza en una de sus políticas más importantes en materia ambiental: el Programa de Recolección y Disposición Segura de Pilas Domiciliarias en Desuso, que ya permitió acopiar más de 1.800 kilos de pilas y baterías, evitando así su dispersión en el ambiente y el consecuente daño ecológico.
En lo que va del 2025, ya se almacenaron de forma segura 600 kilos de estos residuos especiales, cifra que se suma a los 1.200 kilos gestionados desde el inicio del programa. Una política ambiental seria y comprometida que pone a Neuquén entre las ciudades pioneras en este tipo de acciones. Con estas pilas se rellenan bloques de concreto que son utilizados en construcciones.
“El impacto de este tipo de residuos en el ambiente es enorme si no se los trata como corresponde”, señaló Francisco Baggio, Subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana. “Estamos hablando de objetos de uso cotidiano que, al llegar al fin de su vida útil, se transforman en amenazas por contener metales pesados como plomo, manganeso o zinc. Por eso este programa no es anecdótico: es estratégico”.
Una gestión ambiental con base científica y validación oficial
El proceso de disposición final cuenta con aval del INTI, y consiste en encapsular las pilas dentro de bloques de hormigón, un método seguro, comprobado y ambientalmente responsable. “Al principio contábamos las pilas una por una; hoy ya las pesamos porque son miles. El encapsulado permite no solo aislar los componentes peligrosos, sino también integrarlos a bloques constructivos, dándoles un destino útil y seguro”, explicaron desde la Subsecretaría.
El esquema del programa es sencillo pero eficaz: se solicita a los vecinos que reúnan las pilas en una botella plástica y las acerquen al centro de acopio ubicado en la delegación municipal Progreso, el único autorizado para esta tarea. “Es un esfuerzo mínimo para el vecino, pero significa muchísimo para el ambiente. Una sola pila mal dispuesta puede contaminar cientos de litros de agua. Estamos evitando eso entre todos”, enfatizó Baggio.
Además, se remarca que las pilas no deben estar expuestas al calor, al sol, ni al alcance de niños, ya que los materiales que contienen pueden representar un riesgo sanitario y ambiental si no se manipulan correctamente.
Construyendo una ciudad más verde y responsable
Este tipo de programas no solo aportan soluciones técnicas a un problema real, sino que también fomentan una cultura del cuidado ambiental. Con visión, compromiso y trabajo conjunto entre Estado y ciudadanía, Neuquén vuelve a demostrar que el desarrollo urbano no está reñido con la protección de los recursos naturales.
“Cada kilo de pilas recolectado es una muestra concreta de que estamos haciendo las cosas bien. Seguiremos profundizando estas políticas porque queremos una ciudad que piense en el futuro”, concluyó Baggio.