El consumo de carne sin control sanitario es una bomba de tiempo para la salud. En un reciente operativo de inspección llevado a cabo en carnicerías y comercios de Roca y Allen, las autoridades lograron decomisar más de media tonelada de carne en condiciones alarmantes.
El procedimiento se realizó bajo el marco de la Ley Provincial de Ganadería N° 2534, que regula la habilitación y funcionamiento de establecimientos vinculados a la faena y comercialización de productos cárnicos. Personal de la Brigada Rural de Roca, junto con el Ministerio de Desarrollo Económico y Productivo, recorrió 21 carnicerías, de las cuales 7 tenían productos en estado crítico.
Las imágenes eran preocupantes: piezas de carne sin refrigeración, olores nauseabundos y una falta absoluta de medidas sanitarias. De los 585 kilos decomisados, muchos presentaban signos evidentes de descomposición, poniendo en riesgo la salud de quienes los consumieran. La Policía de Río Negro detalló que entre las principales infracciones se detectaron falta de certificado de sanidad, condiciones de higiene deficientes y conservación inadecuada.
Para evitar que estos productos lleguen a la mesa de los consumidores, todo el material incautado fue trasladado a las instalaciones de Fricader, donde fue destruido de manera segura.
La carne clandestina: un negocio peligroso que crece sin control
Este decomiso es apenas la punta del iceberg de un problema mayor: la creciente comercialización de carne faenada en condiciones clandestinas. Sin ningún tipo de inspección veterinaria ni controles de seguridad, estos productos representan una grave amenaza para la salud pública.
Las autoridades instan a la población a tomar conciencia y evitar la compra de carne en comercios que no cumplan con las normativas. La ingesta de alimentos en mal estado puede provocar intoxicaciones severas, enfermedades parasitarias e infecciones peligrosas. Frente a esta realidad, es fundamental exigir garantías sanitarias y apoyar los controles que buscan proteger la seguridad alimentaria.