TALENTO NEUQUINO

"Tiki", la sonidista neuquina que trabajó en Harry Potter

De microfonear a Mick Jagger a trabajar con actores de la talla de Darín o Francella; así de grosa es Victoria Franzán a quien le suena el teléfono cada vez que una superproducción extranjera llega a rodar a nuestro país.
jueves, 1 de octubre de 2020 · 07:00

Victoria Franzán es una prominente sonidista argentina, con una carrera extraordinaria. A los 20 años, ya había pasado por el cine under, indie, hippie, era aprendiz en superproducciones internacionales como Harry Potter y daba sus primeros pasos en el set, al lado de sonidistas que hoy son “Oscars”. Un viaje impensado a una ciudad desconocida la puso de lleno en las grandes ligas del cine y ella supo desempeñarse con creces.

A esta neuquina, cuyo apodo es la onomatopeya del sonido (¿casualidad?), el destino le fue marcando un camino silencioso que ella supo escuchar. Y hoy, radicada en nuestro país, es Jefa de Sonido de Rodaje y se dedica al diseño sonoro para cine, publicidad, documentales y series de TV. Con tan sólo con 35 años, es una de las sonidistas más grosa de Argentina.

Foto: Victoria Franzán en plena acción. 
 

¿Por qué elegiste Londres para formarte en lo tuyo?

Fue una lotería. Me había recibido de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Palermo (Buenos Aires) y estaba trabajando como camarógrafa y editora en la Revista Paparazzi. Nada que ver. (Risas). Además, hacía videos institucionales o sociales, filmaba y editaba. Una amiga se quería ir a Londres a hacer un curso por unos meses pero no se animaba a ir sola y me pidió que la acompañe. Y bueno, me saqué el pasaje y a la semana mi amiga se bajó (risas) y yo me fui sola. ¡No sabía ni hablar inglés! Apenas llegué, me puse a buscar laburo y empecé en películas indie, hasta que decidí aplicar en la National Film Televisión School. A partir de ahí, fue todo trabajo.  

¿Qué hace un sonidista y por qué es tan importante en el producto final?

El trabajo del sonido en cine tiene diferentes fases. Por un lado, está el trabajo en la producción y en el rodaje, que es a lo que yo me dediqué. Y después hay otra instancia que es la post-producción donde una vez montada la película, se edita el sonido. Yo soy la encargada de grabar todos los sonidos que ocurren en el rodaje y lo más importante que son los textos y las voces de los actores, la parte artística sonora del actor. Y lo tengo que grabar de la mejor manera porque la idea es conservar al máximo el aquí y ahora de la actuación.

 

Foto: Backstage de la película "Los que aman odian", en exteriores. 
Fotos: Backstage de la película "El Ángel", de Luis Ortega. Foto de Marcos Ludevid. 

 

¿Qué elementos de trabajo utiliza un sonidista para lograr eso?

Usamos un montón de trucos y herramientas para capturar el sonido directo, lo que llamamos el sonido del rodaje, que es lo más importante. Usamos distintos micrófonos como la caña, el famoso micrófono que parece una caña de pescar; o escondemos micrófonos corbateros en la ropa de los actores de tal manera que no se vean y no incomoden al actor. Hay que tener en cuenta un montón de cosas externas también como que se corte la calle donde grabamos por si pasa un camión o que los tacos de una actriz que va caminando, no tapen lo que dice. Entonces, tenemos que acustizar esos zapatos o poner alfombra, y que nada de eso se vea en cámara. Hay que cuidar todo, porque ese es el momento en que el actor está ahí, metido en el personaje, y es una lástima perder eso. Después se puede hacer el doblaje para corregir pero a veces los doblajes se hacen hasta un año después y capaz que ese actor ya no está metido en ese personaje.  

Fotos: Tiki con la caña, el famoso micrófono que parece una caña de pesca.
 

¿Qué es lo más divertido de estar en el set de filmación? 

Que no es nada rutinario. Un día vas a filmar al río y al día siguiente vas a un palacio. En cada locación, te encontrás con diferentes desafíos y eso te demanda tener cintura para poder filmar en todos lados, ya sea en un estudio por noventa días, o moverte de locación todo el tiempo.


Foto: Set de filmación de "La odisea de los giles".
Foto: Rodaje del cortometraje de Bela Veiko en el Norte Neuquino (2019). Foto de Martín Muñoz. 

Foto: Backstage "Los que aman odian". 
 

¿Y cómo es la relación con los actores en el set?

El sonidista tiene un vínculo muy cercano con ellos. Tenés que poner un micrófono en su cuerpo, a veces le tenés que pedir que proyecte más la voz o que no haga algo que genera ruido. Entonces, hay que llevarse bien porque, además, cada actor o actriz tiene sus mañanas. A veces tienen mucha presión, o están muy concentrados, entonces no querés sacarlos del eje. A algunos no les gusta que le estés encima corrigiendo el micrófono entonces tenés que buscar una solución porque cuando una actor se pone de mal humor con vos, no hay vuelta atrás. Hay que saber sacarle la ficha. Entenderlos.

Hay un actor súper conocido, que es muy copado para trabajar pero lo tenés que escuchar. No quería que le cambiemos las pilas del corbatero y, generalmente, se las tenés que cambiar varias veces en el día. Entonces, tuvimos que mandar a comprar unas pilas al exterior que duraban como 10 horas, para no tocarlo. Y el , chocho. Si hay cosas que son posibles, está bueno buscarle la vuelta y saber leer cómo es el actor.

 

Fotos: Microfoneando a Lorenzo Ferro en “El Ángel".
 

Trabajaste en producciones audiovisuales argentinas con lo mejor del cine nacional contemporáneo. Actores como Ricardo Darín, Guillermo Francella, Luisana Lopilato, directores como Sebastián Borensztein, entre otros. ¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en tu país?

Que en mi país, a mi edad, soy jefa del área de sonido de rodaje. ¿Por qué digo esto? Yo viví 5 años en Inglaterra. Allá me formé y trabajé mucho en tiras y producciones de bajo presupuesto y también en grandes producciones como asistente o aprendiz. Y allá es muy difícil ser sonidista, lo que hago hoy en Argentina, antes de los 40 años. Tenés que tener una carrera muy consolidada para ser jefa. Cuando volví a Argentina en 2012, empecé a buscar trabajo como asistente microfonista pero todo el mundo ya tenía uno. Nadie me llamaba como asistente y de pronto, hubo un huequito en una serie de TV y me ofrecieron ser sonidista. Y yo no me animaba porque era muy chica hasta que me dijeron: “acá es así”. Y bueno, me mandé y a partir de ahí empecé a grabar. Acá había más oportunidades.

Foto: Victoria trabajando en exteriores, en plena realización de un documental.
 

Hace poco, trabajaste en la película de Netflix “Los dos papas” (The Two Popes), dirigida por Fernando Meirelles y protagonizada por Jonathan Pryce y Anthony Hopkins. ¿Cómo fuiste convocada?

Hace dos años vino a filmar a la Argentina Stuart Wilson, el sonidista de Harry Potter con quien yo había grabado hace años atrás. Y me llamó para contarme que venía al país a filmar y me propuso ser su asistente. Yo hacía mucho que no era asistente. Claro que dije que sí. Volver a ser asistente para sonidistas con mucha trayectoria fue una experiencia inolvidable. No podía creer la cantidad de equipos que traían de Europa. Fueron 4 semanas de aprendizaje intensivo. Lo mejor fue, después de 10 años, volver a trabajar con Stuart Wilson que, para mí es por lejos, el número uno. Hace lo mismo que yo, exclusivamente graba en rodaje, y tiene un Oscar.

 

Foto: Jonathan Pryce vino a la argentina a grabar en Buenos Aires y Córdoba, parte de la película "Los dos Papas". Foto: Netflix.

 

Foto: Rodaje en la Villa 31 (CABA) de la película "Los dos papas" de Netflix (2019). Victoria junto a Orin Beaton y Stuart Wilson. 
 

Siempre me preguntan cómo es cuando tengo que microfonear a alguien que admiro y, la verdad, que te olvidás. Una vez le puse el micrófono a Mick Jagger y lo tenía ahí, y bueno, es el momento de cambiar el chip al laboral. Me hubiera gustado sacarme una foto, pero en el momento ni lo pensé (risas).

 

Nos vamos un poco atrás. ¿Cómo fue tu experiencia en Harry Potter hace 10 años?

¿La verdad? Fue una experiencia durísima (risas). Yo era asistente aprendiz entonces era como estar en Disney, pero durísimo. Tenía 24 años y toda mi experiencia laboral había sido en el cine under. Harry Potter fue mi primera experiencia en la industria y había muchísima exigencia, mucha concentración. Nadie se reía. Las primeras semanas la pasé bastante mal (risas) hasta que me relajé. Los estudios eran en las afueras de Londres, con unas escenografías realizadas que no podías creer. En ese tiempo no había mucha pantalla verde, se usaba mucho la robótica y, por ejemplo, había árboles con manzanas y las manzanas tenían caritas y de repente giraban y se reían. Todo eso no era 3D, era gente con controles que hacían mover las manzanas. No lo podía creer.

Algo que me llamaba la atención era que los asistentes de producción, que andan dando vueltas, llevando y trayendo cosas, eran todos chicos de unos 20 años, con la misma estatura, con el mismo corte de pelo y todos vestidos iguales. Yo no entendía por qué hasta que me di cuenta de que eran todos dobles de luz de Daniel (Radcliffe), cuando él estaba en su motorhome estudiando.

 

Foto: Rodaje Harry Potter.
Foto: "También recuerdo que el que hacía de malo, Alan Rikman, estaba en personaje todo el tiempo. No hablaba con nadie.Yo le decía: “te voy a poner el micrófono”, y el igual me miraba con mirada asesina. No te contestaba. Le ponías el micrófono y se iba (risas).  

 

Aprendiste de profesionales legendarios como Andrew Boulton, Stuart Wilson, Simon Bishop, Malcolm Hirst, Ian Sands, entre otros. Ellos son los más grandes sonidistas de la industria. ¿Cuál fue la enseñanza más importante que te dejó haber trabajado con ellos?

Con ellos fue mi primer acercamiento a la industria y los respeto mucho porque fueron mis mentores, estuvieron ahí con mis primeras dudas y también fueron mis jefes. Esto es un oficio. Podés estudiar toda la teoría que quieras pero te vas curtiendo mientras más trabajás y ellos me dieron las estructuras para lanzarme. Y el resto lo vas a aprendiendo de muchos otros profesionales. También acá hay gente muy buena.

¿Cómo imaginás un rodaje post pandemia?

Vamos a tener que usar protocolos y muchas medidas de seguridad porque trabajamos muy cerca de los actores y las actrices. Y si un actor se enferma, la producción está en problemas. Hay que tener mucho cuidado. Y creo que las filmaciones van a llevar el doble de tiempo porque todo va a cambiar. Pero es posible.

 

Fotos: En acción.

 

¿Qué cualidades debe tener un buen sonidista?  

A veces no pasa por tener los mejores equipos, sino con saber empatizar con la producción, los actores y el director. Tenés que tener mucha paciencia y una personalidad dócil para negociar, saber leer al otro, buscar el balance sin ser un mosquito en el odio.

“El sonido siempre me llamó la atención”, cuenta Tiki pausada y reflexiva, con la sencillez de los talentosos cuya clave del éxito es tan simple como compleja: ella tiene un don y es el de “saber escuchar”.

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Cv: estudió dirección y producción cinematográfica en la Universidad de Palermo (Buenos Aires). Luego, radicada (de casualidad) en Londres estudió Sonido para cine y TV, en el National Film and Television School (NFTS) de Londres y se especializó en grabación de Sonido Directo en la misma institución. A partir de entonces trabajó como  asistente, microfonosita y sonidista en todo tipo de producciones, tanto en Argentina, Londres, España, Cuba y Brasil y se formó con profesionales legendarios de la Industria como Andrew Boulton, Stuart Wilson, Simon Bishop, Malcolm Hirst, Ian Sands, entre otros y es forma parte de la comisión directiva de la la Asociación de Sonidistas Audiovisuales de Argentina.

Algunas de las películas que hizo:

  • La odisea de los giles – 2019
  • EL Ángel – 2018
  • Los que aman, odian – 2017
  • Serie - Historia de un Clan.
  • Two Popes – Netflix – 2019
  • Harry Potter and the Deathly Hallows: Part I (2010)

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