Así pasa sus días Boris Becker en prisión

Sin dudas Boris Becker está atravesando un momento que nunca imaginó en su vida. De aquellos tiempos en los que se codeaba con los más granado del jet set europeo, a estos días en los que se encuentra cumpliendo su condena en una prisión de Londres por delitos financieros cometidos en 2017.

Luego de haber revelado hace un par de meses cómo es su vida tras las rejas, una nueva fuente informó que el alemán, exnúmero uno del mundo, consiguió un "cómodo" trabajo en la cárcel y se ganó la indignación y las quejas del resto de los reclusos.

Según las declaraciones hechas por una fuente cercana al medio inglés The Sun, Boris Becker consiguió un trabajo "cómodo" en la prisión enseñando ciencias deportivas a sus compañeros como asistente de clase. Este "rápido ascenso" a un puesto codiciado generó bastante indignación en el resto de los reclusos. De hecho, varias familias de los presos escribieron cartas de protesta. "Normalmente servirías años antes de conseguir un trabajo como asistente de aula, ya que se considera un privilegio.

Pero a Becker le dieron el trabajo a las pocas semanas de ser sentenciado. Hay mucho resentimiento por eso y las familias de algunos presos han escrito cartas de queja", explica la fuente al mencionado diario británico.

El alemán de 54 años enseña la teoría de la educación física y los beneficios del ejercicio y la dieta en un aula de la cárcel, que tiene una alta proporción de reclusos extranjeros. La fuente agregó: "No es exactamente la vida de lujo a la que está acostumbrado, pero está mejor que la mayoría de los presos".

Ante las quejas y acusaciones, el Servicio Penitenciario sacó un comunicado: "Es falso sugerir que se dio un trato preferencial. Los delincuentes pueden acceder a una variedad de oportunidades laborales y educativas mientras están en prisión".

De seguir con buena conducta, Becker podrá pedir la libertad condicional tras cumplir al menos la mitad de su condena en prisión. Además, Becker confía en poder conseguir ser trasladado a una cárcel de su país antes de fin de año, gracias al Programa de Expulsión Anticipada del Gobierno.

En 2017, Becker se declaró en quiebra. El Tribunal de la Corona de Southwark, al sur de Londres, determinó que el extenista alemán de 54 años ocultó activos y préstamos por un valor cercano a los tres millones de euros para evitar así pagar deudas que rondaban los 60 millones de euros. En la sentencia se demostró que Becker escondió varios de los trofeos que consiguió a lo largo de su carrera, algunas propiedades como inmuebles y alrededor de dos millones de euros. Por eso, fue condenado a dos años y medio de prisión.