Luis Enrique ya fue campeón de Europa con el Barcelona en 2015. En ese entonces, su hija Xana de nueve años celebró junto a él dentro del campo de juego del estadio de Berlín, tras la victoria ante la Juventus.
Aquel fue uno de los momentos más felices en la carrera del entrenador. Sin embargo, años después, en 2019, la vida del técnico dio un giro cuando Xana falleció a causa de un tumor óseo.
Dejó su cargo como seleccionador de España para acompañarla en sus últimos meses. Su regreso a los banquillos tuvo dificultades, y su última experiencia con la selección de su país terminó tras la eliminación en el Mundial de Qatar.
En la rueda de prensa previa a la final contra el Inter, el ex mediocampista recordó una hermosa foto con la pequeña flameando los colores del conjunto catalán en medio de la cancha (también en Alemania) y aunque ya no era posible en el plano físico, el protagonista no ocultó su sueño de emular aquello, ahora con los colores parisinos y en Münich.
Y así fue, como en silencio, los hinchas del PSG prepararon la celebración en la previa, con toda la fe. Ocultaron sus intenciones durante todo el partido, pero cuando la consagración ya era un hecho, desplegaron sobre la platea lateral una gigantografía de la niña y su papá, ahora llevando la bandera de su nueva conquista a lo más alto.
Sin dudas fue uno de los grandes momentos de la noche en Münich, ya con la primera “Orejona” que viajará a París sin escalas. Además, este título significó para la institución también el primer triplete de su historia porque en esta misma temporada ganó la Ligue 1 y la Copa Francia.