El matrimonio de Sebastián y Josefina sufrió la muerte de su hija mayor a muy temprana edad. Luego de meses de duelo, decidieron tratar de volver a comenzar con un viejo anhelo: vivir viajando. Llegaron a Necochea desde Salta y buscan partir hacia Alaska.
"Hace 5 años tuvimos una hija y a los pocos meses de nacida le diagnosticaron una enfermedad terminal. Nos tocó tenerla internada desde que nació hasta los 4 años y medio, y en esos tiempos nos pasábamos al cuidado de ella, día tras día. Nuestro sueño era poder tener un auto y llevarla a todas partes, ya que todos los días nuestra rutina era hospital casa y casa hospital, no había otra cosa. Queríamos despejarnos del sistema. Hace un año y medio nuestra hija falleció y nos tocó pasar el proceso más doloroso de nuestras vidas: recuperarnos para seguir adelante!, contó Sebastián.
Al pasar el tiempo, decidieron buscar otro bebé, el cual "gracias a Dios vino sano y sin problemas. Entonces decidimos volver a soñar, volver a hacer realidad este sueño de viajar y tratar de volver a comenzar".
Así fue como la familia contó que su primer viaje juntos fue desde Salta a Necochea, recorriendo varias provincias y disfrutando. Al llegar a Necochea, "nos quedamos 4 meses para seguir preparando mejor las cosas. Pensamos en establecernos acá, pero vimos que no era tan fácil conseguir trabajos y nos tocó pasar frío y momentos en que no teníamos nada para comer. Finalmente, decidimos nuevamente seguir con el proyecto de viajar, sin importar nada".
Sebastián ya había viajado a muchos lugares antes de conocer a su esposa, dado que tuvo "una vida diferente". De familia circense, viajó a muchas ciudades e incluso países cuando era un niño y adolescente. "Siempre trabajé en un circo, es más fui el hijo del dueño de un Circo. Pero al pasar el tiempo nos fuimos separando para formar familia".
¿Cuál es su medio de transporte para el viaje?
"Tenemos un Peugeot 405 modelo 1996, adquirido hace 1 año y 3 meses. Mi profesiones son electricidad, plomería, publicidad para negocios y diseñador gráfico" expresó Sebastián.
Cuando viajamos y nos quedan pocos recursos, paramos un tiempo en algún lugar y ofrezco mis servicios a domicilio. A su vez, mi esposa vende artesanías. Ella es diseñadora de moda y hace manualidades.
Al hablar del más pequeño de la familia, expresaron: "a nuestro hijo le encanta viajar. El trato es normal, como en toda familia. No es nada de otro mundo ni preocupante, lo cuidamos y lo alimentamos a horario. No pasamos frío, ya que todo fue calculado para el bienestar de él. Tenemos para alimentarlo y está con nosotros todo el tiempo, no es algo que nos cueste o que sea difícil"