No cabe dura que la vuelta de Ángel Di María a Rosario Central, fue sorpresiva, inesperada y resonante, no solo le da un salto de calidad al fútbol argentino, sino que empieza a animar a otros clubes a que repatrien a figuras que debutaron años atrás con sus colores y hoy brillan en Europa. En las últimas horas, sonó el teléfono de otro caudillo de la Selección. El de Nicolás Otamendi, quien fue llamado por Vélez Sarsfield.
Sabe la dirigencia de Fabián Berlanga que el próximo 30 de junio finalizará su contrato en Benfica y quedará libre. Por eso iniciaron las charlas para ver si tiene el deseo de jugar en el país y defender nuevamente la camiseta del club que lo formó futbolísticamente y con el que debutó en Primera División allá por 2007.
El gran objetivo de Guillermo Barros Schelotto es cerrar a varios refuerzos de jerarquía para pelear por la Copa Libertadores, torneo en el que se encuentra en los octavos de final (se cruzará con Fortaleza de Brasil). Más allá del cariño y respeto que tiene el experimentado defensor central por el Fortín, que lo cobijó en las Inferiores desde los diez años, su idea es seguir compitiendo en Europa.
De hecho, ya tiene en su poder una propuesta para extender su vínculo por una o dos temporadas más en las Águilas, donde es referente y capitán. Además, hoy tiene la cabeza puesta en el Mundial de Clubes que está por comenzar en Estados Unidos: se cruzará en el Grupo C con Boca, Bayern Munich y Auckland City.
En mercados de pases anteriores, Otamendi había estado en los planes de River Plate, club del cual es confeso hincha, aunque también rechazó las propuestas por querer seguir compitiendo en la elite europea.