EDITORIAL

El semestre esperado

Los números se mantienen por encima del 50 por ciento en la imagen presidencial pero bajan considerablemente respecto de la gestión. El costo del ajuste se empieza a sentir pero la ausencia de una oposición aglomerada todavía juega a favor del gobierno.
domingo, 12 de junio de 2016 · 05:45
Nunca antes una expectativa tuvo tanta certeza respecto de una decisión política. El gobierno de Cambiemos instaló en la sociedad la idea de que en 6 meses la Argentina comenzaba a marchar hacia el crecimiento y la normalidad democrática. Lo cierto es que el país que recibieron es peor que el país que imaginaban mientras marchaban hacia el poder. La realidad es más fuerte que la fantasía que alimentó sus ansias de poder y fueron descubriendo en la deconstrucción del Estado Kirchnerista la verdad verdadera de como es el pasivo recibido. Es la hora de la verdad y como decía el General  Perón la verdad es la única realidad.
Las dificultades que se asumen desde el gobierno nacional exceden su capacidad de respuesta, así y todo lo que están haciendo es afrontar el desafío con responsabilidad y criterio, ahora bien ese criterio es el de gente que procede de sectores no vinculados a la política y que tiene un pretendido rigor  técnico que choca con la realidad social de sectores masivos de la población. Ese déficit político le ha hecho perder veinte puntos en la consideración popular; un marcado desgaste en las encuestas que eran generosas con el presidente Mauricio Macri.
Los números se mantienen por encima del 50 por ciento en la imagen presidencial pero bajan considerablemente respecto de la gestión. El costo del ajuste se empieza a sentir pero la ausencia de una oposición aglomerada todavía juega a favor del gobierno que aprovecha el escenario para llevar a cabo el trabajo más impopular. 
El trabajo conjunto con los gobernadores funciona como un atenuador del desgaste y a su vez es una muestra de cierta horizontalidad en las relaciones que no se veía desde hacía décadas, la necesidad tiene cara de hereje y suele suceder que la pobreza se comparte. La promesa de que el primer semestre iba a ser el más duro y que luego las cosas cambiarían se está viendo cada vez más lejana. La idílica predicción de algunos ministros comienza a alejarse de sus probabilidades y el episodio cardiaco del presidente Macri  es una muestra palmaria de que la gestión de los conflictos es más estresante que cualquier hipotética visión.
El escenario político está siendo copado de a poco por los reclamos y demandas que empiezan a gestarse desde los gremios más afectados por el ajuste, la carga política de algunas de estas demandas son evidentes pero siempre se dan cuando además del reclamo s disputa poder y algunos de los cambios impulsados por el gobierno empiezan a modificar la matriz de poder existente.
En la provincia los cambios van de apoco, pero se están notando. Los franceses tienen una sentencia que dice "el estilo es el hombre” y la gestión de Omar Gutiérrez va imponiendo su impronta. Se empieza a notar el estilo propio, con una dinámica que por momentos se vuelve frenética. Lo sienten sus colaboradores y también la militancia porque el gobernador ha impulsado una especie de movilización permanente que acompaña los actos de gobierno.
La carrera para las elecciones del año que viene ya empieza a notarse, los primeros indicios están comenzando a tomar estado publico pero con mucho sigilo, hay algunos nombres dando vueltas pero son más deseos que realidades. Hay mucho rumor y algunas especulaciones, algo que siempre suele suceder en el MPN y por reflejo se manifiesta en las fuerzas políticas opositoras. Un ejemplo de esto es el almuerzo que compartieron Pechi Quiroga, Ramón Rioseco y Mariano Mansilla esta semana. 
La disputa por el diputado nacional -son tres los cargos- va a marcar hacia adelante la relación de las fuerzas políticas con el gobierno nacional. El frente Cambiemos neuquino que hasta ahora nunca se formalizó va disputar con el MPN ese espacio en la consideración del macrismo. Hasta ahora el gobierno nacional reparte preferencias y eso perjudica a los partidarios que jugaron electoralmente a favor de Macri , no se sienten beneficiados por la administración nacional y en algunos lugares importantes de las delegaciones que tiene la Nación en la provincia los elegidos fueron figuras del MPN en desmedro de Cambiemos.
Las próximas elecciones también van a definir cosas en la interna del MPN, las disputas no se toman vacaciones dentro del oficialismo y queda por verse qué rol jugaran los ex gobernadores Jorge Sobisch y Jorge Sapag, el primero ya anuncio que sale a recorrer la provincia y que tiene aspiraciones de volver a un protagonismo central en la vida partidaria. De Jorge Sapag se sabe poco, pero quienes frecuentan su entorno sostienen que está esperando el momento para volver a la competencia. Nadie cree que en esta coyuntura desee disputar una banca pero sostienen que nunca renuncio a la posibilidad de volver a la gobernación. Los seguidores de Omar Gutiérrez difunden que los gobernadores lo son por 8 años y que de no ser así es ir contra la naturaleza política.
Se cumplió un semestre desde la asunción del gobierno y se empieza a hablar de la elección del año que viene y del segundo mandato, son las cosas incorregibles de la política.
M.E.G. 


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