Juntos para la foto y sin definiciones

El oficialismo rionegrino tuvo su asamblea donde, hacia afuera, se mostraron juntos. Pero se sabe que en la práctica no lo está. Finalmente, después de poner en duda su participación, la gobernadora Arabela Carreras estuvo en Los Menucos tal como se comprometió después de la visita de Alberto Weretilneck durante la semana, pero con sus gestos no evidenció comodidad en ningún momento, aunque pidió por la vuelta del cipoleño a la gobernación y recibió un fuerte aplauso por eso.

En el gobierno rionegrino hay sólo dos temas que importan hoy. Si bien Weretilneck insiste en que falta mucho todavía, está claro que el proceso de armado de listas tiene ocupados a los máximos referentes del partido de gobierno. El otro tema es cerrar un buen acuerdo salarial para poder mantener a los gremios tranquilos sin conflicto, para no socavar la gestión de Juntos Somos Río Negro y afectar la imagen partidaria.

La asamblea, presidida por el alfil albertista Facundo López salió como se esperaba. Pero antes hubo que calmar a la gobernadora, que afuera de todo armado partidario, sin cargo jerárquico dentro de Juntos y sin lugar aún en la lista para 2023, había amenazado con no participar del conclave en Los Menucos.

De lo charlado entre el cipoleño y Carreras en Viedma no trascendió demasiado. Pero quedaron algunas cosas para analizar. Weretilneck es la máxima figura de Juntos Somos Río Negro, sin embargo, tuvo que ir él a verla. Y tampoco fue casual el lugar de encuentro: el despacho de la Casa de Gobierno para dejar en claro que es ella la gobernadora.

Oficialmente, anunciaron que acordaron el apoyo para lo que queda de la gestión y se mostraron juntos antes de la asamblea. Algunos miembros del entorno cercano reconocieron que no podían llegar peleados y sin diálogo a Los Menucos.

Además de López, en la mesa principal estuvo el intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, la gobernadora Carreras, Weretilneck, el intendente de Viedma y vicepresidente del partido, Pedro Pesatti, el vicegobernador Alejandro Palmieri y el diputado Agustín Domingo.  De todos ellos, sólo el cipoleño y el viedmense saben que lugar van a ocupar en la lista: nuevamente serán compañeros de fórmula, un secreto a voces sin que la reunión en la Línea Sur haya servido para escuchar una confirmación, o al menos una señal que permita confirmarlo.

Además de la foto juntos, instaron a trabajar en los acuerdos necesarios para llegar a diciembre con las listas definidas. Se sabe que después del armado quedan algunos dirigentes heridos y se necesita tiempo para volver a sumarlos. Las elecciones serán el 16 de abril y cuatro meses alcanzarían para que no existan bajas.

Entre las figuras del partido llama la atención que las dos máximas autoridades provinciales no aparezcan en lugares relevantes dentro del armado de las listas. Se sabe que Carreras no tiene lugar definido. Weretilneck envió emisarios en los últimos meses para preguntarle a la gobernadora por sus deseos, pero ella invirtió la pregunta sin tener definiciones.

En la misma situación, pero por motivos diferentes está Palmieri. Puertas adentro lo señalan por no tener un rol más protagónico. Hay que recordar que hace cuatro años Weretilneck lo castigó por eso mismo y lo puso en el noveno lugar en la sábana de legisladores. Luego el revés de la Corte Suprema, que le impidió al cipoleño ir por un nuevo mandato, el armado de emergencia volvió a posicionar a Palmieri y hoy es vicegobernador.

Las movidas políticas son una constante y no sólo en el oficialismo, aunque los operadores verdes hicieron su trabajo para romper Juntos por el Cambio. El hoy albertista, Daniel Sartor, movió los contactos y logró que la UCR no esté dentro de esa alianza, que ahora se denominará Cambia Río Negro, entre el Pro, la CCARI y algunos dirigentes radicales. De hecho, Aníbal Tortoriello ya tiene compañero de fórmula, Juan Pablo Álvarez Guerrero, hijo del primer gobernador de la provincia en el regreso a la democracia en 1983.

Álvarez Guerrero es cercano a Gerardo Morales y con casi nada de militancia en Río Negro, fue precandidato a vicegobernador de Fernando Chironi, en la interna radical de 2011, representando al sector orgánico del partido.

Las encuestas muestran a Weretilneck con muchos puntos de ventaja sobre Tortoriello. Pero en Juntos Somos Río Negro tienen temor por lo que pueda pasar en los próximos meses, cuando la oposición nacional defina sus candidatos y la aparición del hoy diputado con Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri, Patricia Bullrich y demás le puede sumar muchos votos.

Esta es una de las razones por la que el ex gobernador justificó la aparición de las colectoras y el acompañamiento del peronismo que se encolumna detrás del camporista Martín Doñate. También puede existir una lista similar del radicalismo que lleve a Weretilneck en la parte superior.

El ex gobernador pidió fortalecer la gestión de Carreras. Sabe que cualquier paso en falso puede verse reflejado en las urnas en abril. Y sin dudas que el arreglo salarial con los estatales aparece en primer lugar en el orden de prioridades.

No hay margen para conflictos y eso también lo saben los gremios. Si bien ATE y UnTER se mostraron conformes con la propuesta realizada de la paritaria del martes pasado, pidieron algunos ajustes de tiempos para poder aceptar.

Es que el 28% promocionado por el gobierno extiende los tiempos más allá del último trimeste. La oferta se estira hasta febrero y no prevé aumento que acompañe la inflación de octubre y de diciembre. Entonces, en caso de aceptar sin modificaciones, para lo que queda de 2022 los estatales sólo cobrarían un 10% de aumento que equipare el desfasaje a septiembre y un 6% para noviembre. Esto significa que el aumento acumulado a diciembre será de 72%, bastante por debajo de la inflación anual calculada en un 90% o más.