Falta de respuestas, la constante en el gobierno de Carreras

El fin de semana extra largo comenzó con complicaciones y esperas muy largas para los miles de turistas que intentaron recorrer las rutas en búsqueda de unos días de tranquilidad. De todas maneras y pese a los piquetes de los trabajadores de la Salud, los visitantes llegaron a destino y coparon Bariloche y Las Grutas. Nuevamente quedó en evidencia la falta de respuestas precisas del gobierno rionegrino. Es que después de un jueves y viernes caótico, recién ayer la gobernadora decidió convocar al diálogo a los gremios, aunque condicionó el encuentro al levantamiento de los paros que mantienen desde hace semanas los hospitales con guardias mínimas y sin atención de actividades programadas y turnos.

Sin dudas que el tema más relevante que atraviesa la gestión de Arabela Carreras por estas horas son los cortes (no tan) sorpresivos de los trabajadores de la Salud Pública nucleados en el nuevo sindicato ASSPUR. Y como sucedió hace unos meses con el conflicto docente que se alargó más de lo previsto por decisión exclusiva de la gobernadora, nuevamente la mandataria no supo leer la situación y los piquetes complicaron a todos.

ASSPUR reclama un arreglo salarial diferenciado para el sector, pero Carreras no mostró predisposición en ningún momento. Hace algunas semanas intentó echar al ministro de Salud, Fabián Zgaib cuando pretendía escuchar el reclamo. Sin dudas que las largas horas de cola para avanzar por la ruta 22 o ingresar a Bariloche se podrían haber evitado, más teniendo en cuenta que finalmente los sindicatos fueron convocados ayer para el próximo jueves a las 14.

Para la convocatoria, el gobierno utilizó a ATE, que se vio debilitado y en las últimas horas comenzó con un planteo para el pago en tiempo y forma del aguinaldo, como también una reapertura de la paritaria al conocer la inflación que continúa en aumento y no se conoce la fecha de una nueva negociación.

Aunque el gobierno se comportó como un espectador ante los cortes de ruta, Bariloche y Las Grutas tienen ocupaciones casi completas durante el fin de semana extra largo. Una buena para Economía que necesita fondos frescos para poder hacer frente a los sueldos de julio, que contemplan un aumento del 8% y además deberá pagar el aguinaldo.

Los problemas abruman a Carreras mientras su gestión cae en una densa niebla que no deja ver hacia adelante. Economía ya avisó de las complicaciones para afrontar los compromisos del próximo mes; Educación cambió ministro pero tiene un trabajo duro por delante, con escándalo de corrupción en contrataciones de por medio; y no hay que olvidarse de los graves problemas que tiene Seguridad, con una Jefatura sin autoridad y sin presencia. 

Los tiros entre bandas narcos copan la escena en Viedma y Roca. Se sabe que en ese mundo marginal, las cosas se solucionan con balaceras en moto. Así, los barrios más populosos de la capital provincial desde hace un par de años están dominados por aquellos que mandan a sus soldaditos en moto a balear a quien pretende ganarles terreno o los que vendieron y se quedaron con un vuelto.

En Roca la situación es similar. Recién en los últimos días y tras la toma de una escuela por parte de los padres de los alumnos que ven como las balas entran por las ventanas y se clavan en los pizarrones, la guerra narco parece haber llegado a los oídos de las autoridades. De todas maneras, esto no significan que se hallan planteado soluciones.

Desde la Coordinación de Educación, sólo ofrecieron como solución la construcción de un paredón perimetral, pero sin plazos de obra. Y en cuanto a la Policía, desde la Comisaría 21° anunciaron controles. En la práctica se sabe que apenas dos móviles no alcanzan para controlar la importante logística de los líderes narcos que acopian su mercancía en sótanos o en campos varios kilómetros al norte y que luego en motos las llevan a otros lugares.

Mientras tanto, los máximos jefes de la Unidad Regional II, que controla las comisarías de todo el Alto Valle, están de licencias y está al frente el tercero de la línea de mando, un Jefe de Zona sin mayor conocimiento del terreno. En la zona norte, se encuentra casi el 60% de la población de la ciudad. Los vecinos demandan la presencia de policías y temen por sus vidas. Sólo por milagro aún no se registraron muertos.

En cuanto a lo político, sin chances de al menos manifestar su intención de ser reelecta, Carreras cambió de estrategia. Sabe que no puede competir con Alberto Weretilneck, quien le confió a propios que irá por un nuevo mandato sin importarle su crecimiento a nivel nacional y las posibilidades de integrar una fórmula con algún candidato del Frente de Todos. 

Lejos está de ser un renunciamiento la actitud de la gobernadora. Es que su salida de Viedma es para blanquear su permanente estadía en Bariloche. Su intenciones están centradas en llegar al Centro Cívico, por eso su presencia repetida en los barrios del Alto, donde se ven las mayores necesidades de la ciudad más poblada de Río Negro y una de las que más diferencias sociales evidencia con sólo recorrer 10 cuadras desde la costanera del lago Nahuel Huapi.

Carreras manifestó que le gustaría ser intendenta. Un poco por voluntad y otro poco para molestar a su enemigo íntimo Weretilneck. Es que el actual senador tiene candidatos propios que esperan desde hace años su oportunidad. Por un lado el ministro de Obras Públicas, Carlos Váleri, un viejo compañero de ruta del cipoleño desde su época en el Frente Grande. Y por otro, el actual diputado Agustín Domingo, que supo ocupar el ministerio de Economía en su mandato y luego fue bancado por el presidente y dueño del partido para que ocupe el primer lugar en la lista de las legislativas del año pasado.

Las elecciones están cerca, nuevamente serán en abril siempre y cuando Weretilneck mantenga las buenas formas con la gobernadora, quien tiene en su poder la lapicera para firmar el decreto que las convoque al menos 90 días antes. La campaña ya está en marcha aunque la gente tenga urgencia de otro tipo.