NEUQUÉN
Figueroa hizo historia al haber repetido la historia
Carismático y decidido, hizo lo mismo que los fundadores del MPN. Y venció a la dirigencia del partido en el que forjó su carrera política.Los motivos que, este domingo, llevaron al Movimiento Popular Neuquino (MPN) a sufrir su primera derrota provincial desde que irrumpió en escena, allá por 1961, bien pueden explicarse en las falencias -políticas o de gestión- de quienes ahora lo conducen y representan. Pero no hay dudas de que su principal contratiempo radicó en la imposibilidad de contrarrestar el impulso de quien esquivó los laberintos de la interna y los enfrentó con la bandera del cambio y de lo nuevo.
Si se busca algún paralelismo con aquellos años fundacionales, se caerá en la cuenta de que la historia se repite. El MPN nació del PJ al que venció de entrada, como también derrotó a todas y cada una de las expresiones locales de las fuerzas políticas nacionales, desde entonces hasta el traspié del domingo.
Los Sapag, Felipe y Elías, eran hombres del PJ. Y ahora Rolando Figueroa, un referente del MPN que ocupó cargos partidarios y de representación, enfrentó a la conducción orgánica, le ganó y se apresta a gobernar con un armado provincial, que se nutrió de otras vertientes. Los Sapag jamás regresaron a su partido de origen; Figueroa, está por verse. De hecho, hay quienes afirman que en realidad nunca se fue. Y ahí radica la diferencia.
Sea como fuere, la conducción del MPN se aferró a una receta que venía dándole resultados, pero que esta vez no le alcanzó: la de propender a la división del voto opositor, para restarle caudal al adversario directo. Tampoco le resultó la acumulación de colectoras.
Esta vez el electorado priorizó mayoritariamente a los candidatos por sobre los partidos. Y la prueba no sólo está en el triunfo de Figueroa, sino también en la reelección del intendente capitalino Mariano Gaido (MPN), quien a lo largo de su gestión evidenció, carisma, empatía y una proximidad con la gente, que va más allá de las obras y que al parecer faltó en el MPN provincial. Un apretón de manos, un saludo; buen trato, a veces alcanza con eso.
Figueroa hizo la diferencia precisamente en la ciudad de Neuquén, donde le ganó por 11.207 votos al candidato del oficialismo, Marcos Koopmann, mientras que en el resto de la provincia hubo un empate técnico. Tal es así que la diferencia total fue de 10.300 votos, es decir menos que en Neuquén.
El corte de boleta fue entonces el factor fundamental en estos comicios y así lo reflejan los números: en la ciudad capital, Figueroa logró 61.832 votos contra 50.625 de Koopmann; al tiempo que en la categoría a intendente, Gaido logró 73.414 votos contra 40.446 de Juan Peláez (candidato de Figueroa). Se estima que alrededor de 21.000 personas cortaron boleta para votar a Figueroa y a Gaido.
Con su armado, desde el PRO al kirchnerismo, Figueroa se movió con convencimiento y agilidad. Golpeó ahí donde sabía que tenía que golpear, para hacer tambalear a una estructura a la que muchos creían invencible. Ganó en Añelo, la capital de Vaca Muerta. Y también lo hizo en los municipios de Chos Malal y San Patricio del Chañar, cuyos intendentes Hugo Gutiérrez y Leandro Bertoya, lo había acompañado en la interna de 2018, tras las que (derrotados) volvieron al sector Azul.
Figueroa, en cambio, se mantuvo en la suya. Se arremangó, fue a la nueva contienda y en las PASO de 2021 derrotó a los Azules, para abrirse camino rumbo al cargo de diputado nacional que hoy ocupa. Lo que viene es la transición hasta el 10 de diciembre y, a partir de ahí, un gobierno que deberá responder a las expectativas que ha generado este gobernador electo que tanto antes como después de su victoria llamó a sus rivales Azules.
Ese mismo día se consolidará el cambio de liderazgo que, quiérase o no, también está en marcha desde el domingo. Figueroa dejó a la dirigencia partidaria sin la pretensión monopólica del discurso de la neuquinidad y se dispone a ejercer plenamente el poder, sin padrinazgos ni blindajes. Está en él ir o no por el partido, posibilidad que seguramente contempla.