El jueves pasado el Ministerio de Seguridad de la Provincia del Neuquén, dirigido por Matías Nicolini, difundió que se encontraban impulsando la formación en seguridad privada, con nuevas oportunidades de empleo. Se conoció que en la provincia del Neuquén existirían casi 60 empresas de seguridad y privada, y que en total agruparían a unas 4500 personas que cumplirían tareas de vigilancia privada. Sorprende el número, ¿no? 4500 personas en la provincia que trabajan de vigiladores.
Muchas veces se levanta alguna voz crítica sobre la figura de las empresas de vigilancia privada o el trabajo delegado a los vigiladores. Algunos ven una evidencia de privatizar el servicio de seguridad ciudadana que debería ser una finalidad y función esencial del Estado, indelegable a cualquier privad. Se dice que la vía pública es para la Policía y los espacios privados para los vigiladores. Pero tales límites no siempre son nítidos ni se ven cumplidos en la práctica y en la realidad.
La principal mirada sobre el gran universo de vigiladores es la capacitación, la formación, el entrenamiento, el control del trabajo que realizan esas personas, a las que podríamos ubicar como colaboradores directos en cualquier política pública de seguridad urbana. El Ministerio de Seguridad, a través de la Policía provincial, es la autoridad que habilita y controla a las agencias de seguridad. Imagino que es por eso que el ministro de Seguridad, Matías Nicolini, se muestra sonriente junto al ministro de Trabajo, Lucas Castelli, en una foto oficial, firmando un convenio para que se organice un “curso básico” de capacitación al personal vigilador. Nos parece fundamental que la Policía de la Provincia del Neuquén y el Ministerio de Seguridad de la Provincia realicen acciones concretas hacia la capacitación.
Entrenamiento, formación profesional de las personas que desean trabajar en vigilancia privada. Pero continuando con la noticia oficial y las fotos que la ilustran vemos que aparecen otras personas que también sonríen en el acto y nos enteramos que se trata de dos personas, referentes académicas de un instituto privado de formación en áreas diversas. Es decir que el ministerio de Seguridad de la provincia, conducido y bajo la responsabilidad de Matías Nicolini, ha entendido que es motivo institucional de festejo y aplauso que se delegue en una institución privada el dictado de un curso para vigiladores privados. Entendemos algunas sonrisas, si se considera que se habla de potenciales alumnos en una actividad que emplea a 4500 personas en nuestra provincia.
La principal mirada sobre el gran universo de vigiladores es la capacitación, la formación, el entrenamiento, el control del trabajo que realizan esas personas, a las que podríamos ubicar como colaboradores directos en cualquier política pública de seguridad urbana
La materia de vigilancia y seguridad privada se encuentra indisolublemente ligada a la seguridad pública. Por eso la habilita, controla y sanciona la Policía de la Provincia del Neuquén. Son como auxiliares del servicio policial y de seguridad pública. En varias publicaciones oficiales se lee que es intención del ministerio de Seguridad mejorar la capacitación, entrenamiento, formación continua del personal que integre las empresas de seguridad privada. Personas que deben ser específicamente habilitadas por la Policía como autoridad de control.
¿Y alguien pensará que esa capacitación puede ser un requisito obligatorio, preferente o conveniente para que una persona que se postule como vigilador pueda recibir el visto bueno de la Policía provincial? No sé, pregunto. Espero que no sea así de ninguna manera porque revisando la página oficial del Gobierno Provincial, se puede observar que en 2022 y en 2021, por ejemplo, el propio ministerio de Seguridad que ahora aplaude capacitaciones privadas, apoyaba y difundía las capacitaciones oficiales, desde las áreas específicas en el ministerio (como la Subsecretaria de Seguridad).
Esto tiene totalmente otro contenido y otra proyección. Porque, qué mejor que la propia Policía de la Provincia del Neuquén para asumir y llevar adelante las capacitaciones de postulantes y de los vigiladores ya en funciones, a modo de reválida periódica de idoneidad técnica. Qué mejor que la propia Policía de la Provincia del Neuquén para formar y perfeccionar personal que cumple una función complementaria a la de seguridad con uso de fuerza pública.
La Policía de la Provincia de Neuquén tiene una consolidada, prestigiosa y conocida Dirección de Institutos Policiales, en la que agrupa a la Escuela de Subalternos y Agentes, a la Escuela de Cadetes, a la Escuela Superior, a la Escuela de Formación Penitenciaria, al Instituto Superior en Seguridad. Miren si hay oportunidades en la propia estructura de la Policía de la provincia para organizar y llevar adelante “cursos básicos” de formación de vigiladores, y todo un plan de estudios progresivos para seguir la evolución y mejora continua de esos empleados de vigilancia privada.
En 2021 y 2022, el propio ministerio de Seguridad que ahora aplaude capacitaciones privadas, apoyaba y difundía las capacitaciones oficiales, desde las áreas específicas en el ministerio (como la Subsecretaria de Seguridad).
¿No sería buena idea arancelar esos cursos? ¿Incluir ese arancel por capacitación pública y especializada en el arancel que deben pagar las empresas de vigilancia y seguridad privada? ¿No es esa una fuente auténtica y legítima de ingresos públicos a las cuentas policiales, derivados de una finalidad absolutamente justificada como es formar mejores vigiladores privados que contribuyan desde una mejor posición y función a la seguridad pública?
No veo excusas ni justificaciones en esta iniciativa de privatizar la capacitación del personal de vigilancia privada en la provincia. Los mismos objetivos de estimular empleo y de formar al personal de esas empresas de seguridad privada se alcanzan encomendando las capacitaciones en todos los niveles a la Policía de la Provincia del Neuquén. O hasta como alternativa en convenios con el sindicato de actividad y la Policía Provincial, por tratarse de ejercicio privado de una función pública.
Me parece totalmente inoportuno haber delegado en una institución privada la oferta académica de “curso básico” que se podría haber organizado, ofrecido y arancelado desde la Policía de la Provincia del Neuquén.
No tengo dudas que la comunidad verá con mejores ojos y le brindará mayor tranquilidad pensar en certificados de formación en seguridad extendidos por la Policía de la Provincia y el Ministerio de Seguridad, que pensar en certificados extendidos por una institución privada
No tengo dudas que la comunidad verá con mejores ojos y le brindará mayor tranquilidad pensar en certificados de formación en seguridad extendidos por la Policía de la Provincia y el Ministerio de Seguridad, que pensar en certificados extendidos por una institución privada, más allá de la trayectoria y prestigio que pueda tener. Cuesta entender las razones que pueden llevar a decidir desplazar algo que se hacía desde las áreas técnicas especializadas en Seguridad, a un instituto privado de oferta académica abierta y variada.
Generar empleo privado está muy bien y es necesario pero no a cualquier costo, con cualquier herramienta y menos en materia de política de Seguridad. Por eso en materia de seguridad pública, no todo da lo mismo.