El futbolista Mauro Icardi recibió este jueves una noticia que marca un nuevo capítulo en su batalla legal con Wanda Nara: la Justicia le autorizó a pasar una semana con sus hijas Francesca e Isabella. La medida fue dispuesta por el juez Adrián Hagopian, quien ordenó que el delantero retire a las menores del domicilio materno y las lleve a su casa en Nordelta, con la posibilidad de que lo acompañe su actual pareja, la China Suárez.
Pero más allá del fallo, lo que generó un fuerte revuelo fue el descargo público de Icardi, quien apuntó directamente contra los medios que lo tildaron de “violento” y contra quienes –según sus palabras– difundieron denuncias falsas de violencia de género.
“Me trataron de loco, de mentiroso, pero sobre todo de VIOLENTO… Acá está la prueba de que fue todo armado, todo inventado… no fue una denuncia, fueron tres FALSAS DENUNCIAS”, escribió el jugador en sus redes sociales.
Un llamado de atención: ¿qué pasa con las denuncias falsas?
En su publicación, Icardi agradeció a la Justicia y fue más allá: se preguntó cuándo se empezará a sancionar a las mujeres que realizan falsas denuncias amparadas en el género. “Juegan con algo tan delicado en un país donde las estadísticas de violencia son realmente altas”, reflexionó.
Este caso reabre un debate sensible pero necesario: el impacto de las denuncias falsas en el sistema judicial y en la credibilidad de las verdaderas víctimas. Si bien la violencia de género es un problema grave y urgente, también lo es el uso fraudulento del sistema judicial para obtener beneficios personales en disputas como las de tenencia o mediáticas.
El fallo del juez Hagopian
En su resolución, el magistrado ordenó que Mauro Icardi retire a sus hijas “con sus mascotas del domicilio materno y las lleve al propio por el plazo de siete días corridos”, hasta el 4 de julio. Además, estableció que las menores puedan comunicarse con su madre a través de videollamadas supervisadas, para no romper el vínculo.
También se dispuso que Icardi pueda ingresar con autorización al edificio Chateau Libertador para mantener la privacidad del encuentro.