África enfrenta un nuevo conflicto interno. El gobierno de Etiopía impuso el estado de emergencia, luego de varios días de arduos enfrentamientos contra la milicia local Fano. Según fuentes locales, el gobierno regional de Amhara solicitó ayuda al gobierno central para reimponer el orden en la segunda región más grande del país y evitar una crisis de seguridad mayor.
El primer ministro Abiy Ahmed, a través de su oficina de prensa, confirmó la situación. "Se considera necesario declarar el estado de emergencia debido a que se ha vuelto difícil controlar con el sistema legal regular esta escandalosa actividad", afirma en un texto enviado al Parlamento para su aprobación. Bajo el estado de emergencia, el gobierno central tiene la potestad de prohibir reuniones, hacer arrestos sin órdenes judiciales e imponer toques de queda.
El grupo Fano fue un aliado determinante de las Fuerzas Armadas en la región del Tigré, durante la guerra civil que azotó al país durante dos años. Luego de esta acción conjunta exitosa, las relaciones se enfriaron. Esto se debió a los recientes esfuerzos realizados por las autoridades nacionales para limitar el poderío de los grupos paramilitares regionales integrando sus milicias al Ejército Nacional o la Policía.
El objetivo del gobierno es asegurar la integración nacional. Sin embargo, la población local de Amhara cree que la medida debilitará al gobierno local y a la región. "El Ejército controlaba la universidad, pero fueron expulsados por los Fano”, dijeron fuentes locales a Reuters. Un funcionario, en cambio, dijo que las fuerzas regulares se habían retirado, sin explicar por qué.