El jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, dio el primer paso diferenciador y estrictamente político de conveniencia, al anunciar este viernes que en su distrito se votarán legisladores el 6 de julio, que se suspenderán las PASO, y que enviará a la Legislatura porteña un proyecto para eliminarlas.
Las razones esgrimidas, fundamentalmente dar prioridad a la agenda local en en el debate electivo, no escapan a la razón esencial que hay en el asunto, que es, sin anular a las otras razones, intentar sostener el bastión principal del PRO en manos propias, ante el evidente avance de la fuerza política que responde directamente al presidente Javier Milei. Se establece así, además, un primer punto de fuerza en la negociación con La Libertad Avanza para acordar, o no, un frente común para las elecciones generales parlamentarias del año próximo.
Macri, de esta manera, lidera también las posibles decisiones en el mismo sentido (desdoblamiento electoral) de otros distritos en el país. Así, se reafirma el uso de las fechas electorales, sujeto a las decisiones del Ejecutivo de cada jurisdicción, con fines de conveniencia política propias. Lo que debería ser un trámite de participación ciudadana establecido, incluso con fecha fija, se consolida así como una competencia entre sectores políticos que pelean por prevalecer en cada coyuntura.