Las elecciones del domingo en la ciudad de Buenos Aires, serán, por decisión de la propia política, un hecho que irá más allá de lo que se elige (legisladores porteños), pues el gobierno de Javier Milei, y, por ende, todos los demás, apuntan al mejor resultado para posicionar "la marca" y reforzar la construcción en ciernes para el 2027, el año que, centralmente, determinará si se continúa o se cambia en el país.
¿Por qué se ha elegido Buenos Aires como terreno inicial de esa carrera futurista? Posiblemente, porque lo que más interesa en este momento al precario establishment aferrado al "nuevo poder", es dirimir la interna de la derecha liberal, ese polo que se pretende oponer de una vez y para siempre al populismo que ha gobernado el país durante la mayor parte de su modernidad; y la ciudad de Buenos Aires, gobernada por el PRO, es el terreno más emblemático para esa disputa particular, disfrazada de general.
Según las encuestas, difíciles de creer por los intereses que hay en juego y que son parte interesada en pagarlas, hay tres candidatos que emblematizan la eventual representación mayoritaria: Manuel Adorni, el soldado de Milei; Silvia Lospennato, el instrumento de los Macri; y Leandro Santoro, emergente del populismo con tufillo K sin ser exactamente un fanático de esa línea.
La división y confrontación entre La Libertad Avanza y el PRO favorece al populismo, relegado durante décadas en el distrito; pero aquí no importa tanto cuántos legisladores meterá cada lista (hay 17), sino, centralmente y por elección de los estrategas, esa interna a cielo abierto en la derecha liberal, que pone en juego el liderazgo total, y que podrá volcarse hacia el anarco capitalismo exacerbado de Milei o hacia la versión liberal moderada y reformista que alientan Jorge y Mauricio Macri.
Si alcanzará a o no la elección porteña para determinar con claridad el liderazgo "indiscutible" de Milei en ese espacio político derechoso que por ahora, gracias a los logros económicos, convoca adhesiones mayoritarias en la sociedad, todavía no se sabe: habrá que esperar al domingo, y al día después del domingo, para tener una mayor certeza y claridad con ese tema.