El 4 de junio de 1982, el FC Barcelona sacudió al mundo del fútbol con un anuncio histórico: la compra del pase de Diego Armando Maradona, proveniente de Boca Juniors, en una operación que no solo rompió récords económicos, sino que también incluyó una cláusula médica inédita para la época.
Con apenas 21 años, Maradona dio el salto al fútbol europeo en una transferencia que marcaría el inicio de su leyenda internacional.
Un traspaso récord en el fútbol mundial
El monto de la transferencia fue impactante: 1.200 millones de pesetas, lo que lo convirtió en el pase más caro del mundo hasta ese momento. Equivalente a unos 7,6 millones de euros actuales, la cifra duplicaba el promedio de las grandes operaciones de la época y colocaba a Maradona en el centro de la escena global.
Barcelona venía de años irregulares y buscaba dar un golpe de efecto. Sabían que Maradona no solo era un fenómeno dentro del campo, sino también un imán de multitudes. El club necesitaba una figura capaz de liderar un nuevo ciclo y de representar el renacimiento futbolístico e institucional.
El paso por Boca y la consagración previa
Antes de su desembarco en España, Maradona había jugado solo un año en Boca Juniors, donde llegó en 1981 tras brillar en Argentinos Juniors. En la ribera se consagró campeón del Torneo Metropolitano y dejó una marca imborrable pese a su breve paso. Con un promedio de gol altísimo, un talento que desbordaba y una personalidad magnética, el “10” ya era ídolo nacional antes del Mundial de España 1982.
Ese contexto lo transformó en la pieza más codiciada del mercado internacional. Varios clubes europeos lo seguían, pero fue el Barcelona quien se adelantó, negociando directamente con la dirigencia de Boca y el entorno del jugador.
La cláusula médica que sorprendió a todos
Lo que muchos desconocen es que en medio del contrato multimillonario, el Barcelona incluyó una cláusula médica insólita para la época. Diego arrastraba antecedentes de salud delicados, especialmente por un cuadro de hepatitis que había sufrido durante su etapa en Boca. Por eso, el club catalán exigió contar con un equipo médico personal dedicado al seguimiento exclusivo de Maradona, con evaluaciones regulares y un plan preventivo.
Esta decisión, sin precedentes en el fútbol de entonces, reflejaba tanto la magnitud de la inversión como la preocupación por proteger al activo más valioso del club. También hablaba del carácter excepcional de Diego: un jugador que rompía moldes dentro y fuera de la cancha.
Maradona en el Barça: entre el brillo y la tormenta
Durante su estadía en el club blaugrana (1982-1984), Maradona jugó 75 partidos oficiales y marcó 45 goles. En la temporada 82-83 fue clave para la conquista de tres títulos: la Copa del Rey, la Supercopa de España y la Copa de la Liga.
Sin embargo, su paso también estuvo marcado por momentos difíciles: una nueva recaída de hepatitis que lo alejó de las canchas por meses y una brutal lesión en el tobillo, producto de una criminal patada de Andoni Goikoetxea, defensor del Athletic Club. Este episodio, además de limitar su rendimiento, derivó en tensiones con la dirigencia y el cuerpo técnico.
Pese a todo, su calidad técnica y visión de juego lo convirtieron en uno de los jugadores más espectaculares del fútbol europeo. La afición lo idolatró, pero su historia con el club terminaría abruptamente tras una pelea generalizada en la final de la Copa del Rey de 1984 frente al Athletic. Poco después, fue transferido al Napoli, donde alcanzaría la cúspide de su carrera.
El inicio de la globalización del fútbol
El pase de Maradona al Barcelona no solo marcó el comienzo de su carrera en Europa: fue un punto de inflexión en la historia del fútbol moderno. Convirtió al mercado de pases en un fenómeno mediático, anticipó la era de las megaestrellas globales y mostró cómo un solo jugador podía transformar la economía, la imagen y el destino deportivo de un club.
Aquel 4 de junio de 1982 no solo se concretó una transferencia deportiva: se escribió una página clave en la historia del fútbol mundial. Maradona llegaba al Barcelona como el jugador más caro del planeta y lo hacía con una cláusula médica que rompía con los estándares del momento. Fue el inicio de un camino lleno de gloria, desafíos y contradicciones que lo convertiría, con el tiempo, en el ícono más potente que haya dado este deporte.