En un rincón de Hyderabad, India, una startup tecnológica decidió que para hacer las cosas bien… primero hay que hacerlas felices. Así fue como Denver, un tierno golden retriever, se convirtió en el nuevo Chief Happiness Officer (CHO) de Harvesting Robotics, una empresa dedicada a soluciones tecnológicas sustentables. Su misión no tiene nada que ver con programar códigos ni asistir a reuniones interminables: su trabajo es algo más simple pero profundamente transformador. Denver está ahí para contagiar alegría, reducir el estrés y mantener alto el ánimo de sus compañeros humanos.
La historia se viralizó rápidamente luego de que Rahul Arepaka, cofundador de la compañía, compartiera la noticia en su perfil de LinkedIn: “Denver no programa ni se preocupa por tareas técnicas, sino que conquista corazones y mantiene la energía en la oficina”. Y así lo hace. Desde entonces, su presencia no solo ha alegrado las mañanas del equipo, sino que ha reforzado el compromiso de la empresa con el bienestar emocional de sus empleados.
¿Qué hace exactamente un Director de Felicidad?
A diferencia de otros cargos, el trabajo de Denver se mide en sonrisas. Tiene visitas programadas con los empleados para cortar con la rutina, participa en reuniones clave con ladridos estratégicos, y propone pausas activas de juego para fomentar la creatividad y la concentración. Además, actúa como anfitrión oficial: recibe a proveedores y nuevos empleados con una bienvenida que derrite cualquier tensión.
Su agenda no termina ahí. En LinkedIn, bajo el nombre Denver Pawlson, comparte su día a día en la oficina, generando empatía, ternura y conexión con cientos de seguidores. Y todo esto no es solo una anécdota simpática: la presencia de mascotas en el trabajo está respaldada por evidencia científica.
Trabajar con perros: una decisión saludable
La empresa Nature’s Variety, especialista en alimentos para mascotas, ha investigado ampliamente los efectos positivos de las oficinas pet-friendly. Entre los beneficios más destacados se encuentran:
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Reducción del estrés y la presión arterial.
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Ambientes laborales más amables y colaborativos.
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Incremento de la productividad y la creatividad, gracias a pausas más conscientes.
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Mejora de la imagen empresarial y del clima interno.
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Y por supuesto, una mejor calidad de vida para las mascotas, que pueden acompañar a sus humanos en vez de quedarse solas en casa.
La historia de Denver pone en escena una tendencia global: cada vez más empresas están entendiendo que el bienestar emocional no es un lujo, sino una necesidad. En ese camino, un perro que reparte cariño y rompe la rutina puede ser mucho más que una mascota: puede ser un verdadero líder.