Este miércoles, en un operativo conjunto entre fuerzas de seguridad y personal municipal, demolieron una casa que se usaba como aguantadero, en la esquina de Lavalle y Rosas, en Cipolletti. La propiedad estaba vinculada a reiterados hechos delictivos y había sido identificada como punto crítico de inseguridad por vecinos de la zona, pero lo novedoso esta vez fue un perrito que, al parecer, era amigo de otros perritos que había en lo que fue esta vivienda, o de sus moradores, y que empezó a revisar los escombros.
La intervención fue planificada como parte de una estrategia para desarticular espacios utilizados por el crimen urbano, con el objetivo de reducir la actividad ilícita en sectores conflictivos de la ciudad, pero esta vez pasó algo diferente.
Justo cuando las maquinas estaban derribando la construcción, apareció un perrito que intentó meterse donde estaban trabajando, desesperado por revisar entre los escombros. Según se especulaba, se vinculaba con los delincuentes que vivían allí, pero se generó una imagen desoladora: quedó solo y triste, llorando en el lugar. De hecho, una persona tuvo que sostenerlo para que no se meta entre la máquina y las paredes de la casa.
El animalito pertenece a una vecina que, atónita, miraba cómo se llevaba a cabo la demolición. Agarró al perrito con una correa para llevarlo a su casa, pero a los pocos minutos el animalito volvió e intentó ingresar en la casa, ya destruida.
¿Qué pasa con los animalitos cuando sus dueños ya no están?
Varios estudios señalan que, cuando los dueños de perritos están ausentes, los animalitos pueden vivir episodios de ansiedad por la separación, algo que se puede evidenciar con diversos comportamientos como ladridos, aullidos, rotura de objetos, pérdida de apetito o problemas gastrointestinales.
Por eso, es importante que las autoridades puedan tener en cuenta este tipo de consecuencias, algo que hasta ahora no había ocurrido, o bien no había sido tenido en cuenta.
El plan municipal para demoler aguantaderos
La acción fue ejecutada con maquinaria municipal y bajo custodia policial, para que la demolición se pueda llevar adelante sin incidentes. El intendente Rodrigo Buteler aseguró que este tipo de medidas forma parte de una política integral de seguridad, que busca erradicar lugares asociados a la delincuencia y mejorar la calidad de vida de los vecinos.
Destacó que las demoliciones de aguantaderos y otras estructuras utilizadas con fines ilícitos continuarán en distintos puntos de la ciudad, priorizando aquellas con antecedentes comprobados en actividades criminales.
La intervención forma parte de un plan de seguridad urbana, impulsado por la municipalidad, que responde a los reclamos de los vecinos preocupados por el incremento de delitos en ciertos barrios de Cipolletti. En los últimos meses se intensificó el trabajo en zonas de riesgo, aplicando operativos específicos de desalojo, vigilancia y demolición para disminuir el delito y recuperar espacios públicos.
Buteler no descartó la realización de más demoliciones en viviendas con antecedentes delictivos o que han sido usurpadas. La decisión de proceder con estas acciones dependerá de los informes de seguridad y las denuncias de los vecinos, quienes han solicitado mayor control en barrios que presentan altos índices de criminalidad. Por su parte, las fuerzas de seguridad confirmaron que seguirán participando activamente en el despliegue de operativos en la zona, con el objetivo de prevenir delitos y mejorar la presencia policial en sectores estratégicos.