Las zapatillas blancas tienen un atractivo indiscutible: combinan con todo y aportan un toque fresco a cualquier look. Sin embargo, uno de sus principales enemigos es el paso del tiempo. Basta con usarlas un par de veces para notar cómo la goma que las rodea empieza a volverse amarillenta, perdiendo ese brillo original que tanto nos gusta.
Muchas personas creen que esto se debe solamente al desgaste, pero lo cierto es que en la mayoría de los casos se trata de una acumulación de suciedad y la reacción de algunos productos de limpieza con el sol. Afortunadamente, no hace falta gastar en productos costosos ni recurrir a soluciones mágicas. Hay un truco casero y efectivo que podés probar en casa.
Este truco casero, que algunos llaman “el secreto de la abuela”, utiliza ingredientes que probablemente ya tengas: bicarbonato de sodio y agua oxigenada. La combinación de ambos no solo ayuda a remover manchas, sino que también actúa como blanqueador natural para devolverle vida a las suelas.
Para prepararlo, necesitás un recipiente pequeño donde vas a mezclar dos cucharadas de bicarbonato con una cucharada de agua oxigenada (la de 10 volúmenes, que se compra en farmacias). Al unirlos, se va a formar una pasta espesa y arenosa que será la clave del proceso.
Aplicá esta mezcla sobre la goma amarillenta con un cepillo de dientes viejo. Asegurate de cubrir bien toda la superficie, especialmente en las zonas más oscuras o manchadas. Una vez que esté completamente cubierto, el paso siguiente es dejar las zapatillas al sol por media hora.
La exposición solar ayuda a potenciar el efecto del blanqueamiento, como si se tratara de un detergente activado por luz. Pasados los 30 minutos, enjuagá las suelas con abundante agua mientras seguís cepillando con firmeza. Vas a notar cómo el color blanco empieza a reaparecer.
Si las manchas eran muy profundas o llevaban mucho tiempo, quizás tengas que repetir el procedimiento una o dos veces más. Pero incluso con una sola aplicación, los resultados suelen ser más que satisfactorios.
Así que antes de resignarte a vivir con zapatillas deslucidas o pensar en comprar unas nuevas, probá este truco simple, económico y casero. Tus zapatillas te lo van a agradecer… y tu bolsillo también.