Nada más desagradable que abrir el ropero, sacar una remera o toalla y descubrir que tiene ese inconfundible olor a humedad. Aunque esté limpia, ese aroma puede adherirse a las prendas y arruinar el momento, sobre todo si necesitamos usarla de inmediato. Por suerte, hay un truco casero y económicas de solucionar este problema sin arriesgar nuestras prendas favoritas.
Una de las principales razones por las que la ropa huele a humedad es que no se termina de secar correctamente antes de guardarse. En ambientes poco ventilados o húmedos, la ropa tiende a retener agua en sus fibras, y eso favorece la aparición de hongos y bacterias responsables del mal olor. Por eso, el primer paso siempre es dejar que la ropa se seque completamente, preferentemente al aire libre.
Pero si el daño ya está hecho y la ropa tiene ese olor impregnado, hay un truco infalible que muchos juran que funciona: volver a lavarla usando vinagre blanco. Solo hay que añadir una taza al ciclo del lavarropas, ya sea junto con el detergente o reemplazando al suavizante. El vinagre actúa como neutralizador de olores y no deja ningún aroma después del secado.
Otro recurso muy efectivo es el bicarbonato de sodio. Si lo tenés en casa, podés espolvorearlo directamente sobre la ropa antes de lavarla. También podés disolverlo en agua tibia y dejar las prendas en remojo por una hora. Es un desodorante natural, suave con las telas y excelente para combatir el olor a encierro o humedad.
Ahora bien, si no querés volver a lavar la prenda pero necesitás sacarle el olor urgente, un rociador casero puede ser la solución rápida. Mezclá agua con unas gotas de aceite esencial —como lavanda, menta o limón— y aplicalo sobre la prenda. Luego, dejala ventilando unas horas. El resultado es un aroma mucho más agradable y fresco.
Por último, si querés evitar que el olor regrese, es clave ventilar los espacios donde guardás la ropa. No sobrecargues los placares y usá bolsitas aromáticas con arroz, bicarbonato o flores secas. Son detalles simples que hacen una gran diferencia.
También podés probar dejar dentro del armario un pequeño recipiente con carbón activado o granos de café. Ambos elementos absorben la humedad del ambiente y ayudan a mantener a raya los malos olores, sin necesidad de productos químicos.
Con estos trucos caseros y naturales, podés olvidarte del olor a humedad y volver a disfrutar de tu ropa como si estuviera recién lavada, sin necesidad de gastar de más.