Preocupante informe de las cámaras de tratamiento de residuos industriales

En octubre pasado la Cámara Argentina de Industrias de Tratamiento para la Protección Ambiental (CAITPA) y la Cámara de Tratadores y transportistas de Residuos Industriales y Especiales (CATRIES) emitieron un preocupante informe sobre el escenario actual que atraviesan los tratamientos de residuos especiales y peligrosos.

Dentro de la presentación -a la que accedió Plus Energético- se detalla que en el país existen 121 plantas tratadoras inscriptas en los registros provinciales y 182.817 empresas generadoras de residuos industriales, especiales y peligrosos.

Sobre estos datos, el informe de ambas cámaras estimó que 3.771.000 Tn/año es la cantidad de residuos tratados provenientes de las empresas generadoras; mientras que 17.572.639 Tn/año es la cantidad estimada de residuos que generan las industrias.

En definitiva, lo que puso al descubierto el informe es que existe 13.801.639 Tn/año de residuos peligrosos que no son tratados por falta de políticas de estado. Como se observa, el tema ambiental es utilizado por los políticos en las diferentes campañas electorales para luego ser olvidado en las agendas de gobierno.

La superposición y desactualización de las normativas, como la ausencia de control por parte de la autoridad competente, o sus conductas pendulares con las generadoras y/o tratadores, son parte del duro informe que elaboraron ambas cámaras.

Un hecho que refleja esta lectura es que a la fecha ninguna gestión de gobierno implementó una medida de incentivo, estímulo fiscal y/o económico para que las empresas realicen su tratamiento de acuerdo con la normativa vigente.

Bajo este escenario, también se menciona la desinformación como uno de los pilares que atenta contra el cuidado del medio ambiente. En la actualidad, no existen registros estadísticos o los que existen son pocos confiables y, hasta en algunos casos, han llegado a ser contradictorios.

“Las gestiones ambientales de las provincias de Neuquén y Río Negro se basan en eufemismos para no publicar en sus sitios oficiales la cantidad de residuos generados por la industria y tratados por las empresas” confesó un ex gerente de una petrolera y actual consultor de empresas.

La “anarquía ambiental” definida por el consultor hace imposible controlar la gestión de las empresas generadoras, tratadoras y de los propios funcionarios de gobierno. “Sin una base de datos integrada es imposible controlar la gestión, comparar resultados y establecer una media nacional” ejemplificó para entender que la industria está años luz de la transparencia ambiental.

Esta imagen se contrasta con la información que detallan las operadoras sobre la remediación de pasivos ambientales. En las renegociaciones de áreas, cada concesionaria acordó un plan de remediación que está siendo cumplido, pero la dura crítica del informe apunta al tratamiento de los actuales residuos que se generan en la propia actividad.

El informe plantea preguntas retóricas que son difíciles de entender y con poca imaginación, fáciles de comprender. “¿Cómo hacen 143.000 empresas para disponer de sus residuos industriales sin tratarlos? ¿Cuál es el costo de la recomposición del daño ambiental generado por 14 millones de toneladas que no se tratan? ¿La contaminación que genera la incorrecta disposición de los residuos industriales es una cuestión de costos, de mala praxis empresarias o de ambas?”.

Desde muchos lugares se habla de ambiente, pero el temor de los funcionarios a reconocer y aceptar la palabra contaminación, residuos o cualquier otro sinónimo se asemeja al enfermo que no quiere reconocer los síntomas de una enfermedad.

El mundo avanzó a pasos agigantados pero la cultura ambiental de los actuales líderes políticos va detrás de la cultura de las nuevas generaciones. Será momento de cambiar el paradigma electoral del próximo año para ver que político es capaz de fotografiarse en un basurero. Ese día, el tema ambiental comenzará a estar en las agendas de los candidatos; y no sólo en las agendas mediáticas.