Un veto energético presidencial que es visto como positivo

Un decreto del presidente Alberto Fernández, que dispone la revisión -en concreto, es un veto- de tres artículos de la Ley 27.561, que procuraba ordenar entre otras cosas el desbarajuste actual imperante en el sistema eléctrico argentino, es observado desde Neuquén no como un retroceso, sino un posible paso hacia una real solución a los eternos problemas que se concentran en los usuarios y afectan al rubro más cercano a ellos, es decir, las distribuidoras de energía.

La Ley modifica aspectos del presupuesto nacional, y tenía artículos referidos específicamente al sistema eléctrico y su realidad dentro de la pandemia. Entre otras cosas, que ahora están frenadas por el decreto 696/20, firmado en estos últimos días por el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, establecía la asignación de créditos a 5 años, con quita de intereses y multas por las deudas acumuladas con CAMMESA; y notas de crédito por el equivalente a tres facturas de consumo promedio.

Las deudas que se acumulan con la administradora del mercado eléctrico argentino son cuantiosas, y, de hecho, muchas distribuidoras no pueden pagar, porque se ha resentido la cadena desde el último eslabón: los usuarios. Al mismo tiempo, el congelamiento de tarifas se hace sentir.

¿Por qué entonces se ve como un paso adelante y no un retroceso el decreto que veta la modificación de tres artículos del presupuesto?

En principio, desde el sector eléctrico se observa que la decisión es política y positiva, porque rompe una “excesiva” generalización, que equipara a todas las distribuidoras del país en un mismo plano, cuando hay diferencias sustanciales entre ellas. En concreto, hay distribuidoras que no le pagan a CAMMESA desde el año pasado; y otras que sí han cumplido, y, en todo caso, comenzaron a endeudarse en los últimos meses, cuando todo fue afectado por la pandemia de coronavirus y sus consecuencias económicas.

Se observa también como positivo que el gobierno nacional enfoque el sector con atención sobre los usuarios consumidores y su nexo más cercano, las distribuidoras. En el rubro eléctrico, las generadoras han ganado, y bien; pero no las distribuidoras, y esto perjudica directamente a lo usuarios. Se esperan, en este contexto, rápidas resoluciones, que vendrían de la mano de la política, y las novedades en la renovación de funcionarios en el área energética del Gobierno nacional.