Neuquén perdió en 20 días lo que Halliburton generó en tres meses

Los gobiernos corporativos de las grandes compañías miran desahuciados las gestiones de las administraciones gubernamentales para intentar encauzar un conflicto que lleva más de 20 días.

Nadie puede explicar que mientras Martín Guzmán recorría los despachos de los principales referentes del mundo financiero para presentar un esquema de refinanciamiento en función del presupuesto 2021 y las reservas del Banco Central de la República Argentina, la administración provincial más importante en materia energética no encontró las herramientas políticas necesarias para encauzar el reclamo de recomposición salarial de los empleados de la salud que terminó paralizando la actividad en Vaca Muerta, y generando un millonario impacto negativo en la balanza comercial del país.

Para entender la magnitud económica, una de las empresas de servicios petroleros más importante de Estados Unidos y América Latina necesitó 90 días (tres meses) para generar un flujo de capital de U$S 160 millones, mientras que la administración de Omar Gutiérrez solo necesitó 20 días para dilapidar U$S 190 millones.

Todos saben que durante el 2020 la pandemia provocó la destrucción de la demanda global de petróleo, y las empresas como Halliburton, Schlumberger y Baker Hughles debieron enfrentar el rápido descenso de la actividad mundial.

Así fue como Schlumberger decidió vender el negocio de fractura y reducir su exposición en América para centrar su expansión en Asia y Europa, mientras que Halliburton comenzó a ganar mayor participación en el continente americano.

Los comités de las grandes corporaciones diseñaron diferentes estrategias que se evidenciaron en los resultados de este trimestre. El gigante petrolero Schlumberger registró ingresos totales por U$S 5.223 millones en el primer trimestre de 2021 superando todas las expectativas de los analistas internacionales. Mientras que Halliburton obtuvo ingresos por U$S 3.451 millones en el mismo periodo, mostrando mayores ganancias en los segmentos de terminación, producción y perforación de pozos. 

Medir los resultados de las principales empresas de servicios petroleros posibilita tener una visión del resurgimiento de la industria a nivel mundial. Lo importante de los indicadores de ambas compañías es que muestran un crecimiento de la actividad en comparación con el último trimestre del 2020.

Esto significa que los procesos de vacunación en las principales economías mundiales están generando un crecimiento de la demanda energética con una proyección sostenida para fines del 2021 y 2022. Sin embargo, en nuestro país las actuales autoridades nacionales y provinciales están sumergidas en la conflictividad coyuntural sin poder analizar las potencialidades que ofrecen los mercados internacionales para explotar Vaca Muerta.

Este escenario derivó la semana pasada en una serie de desprolijidades dentro de la propia estructura del partido provincial. Mientras un histórico referente político y sindical utilizó los medios regionales para fogonear a los manifestantes; el propio gobierno provincial aprovechó un medio nacional para marcar simbólicamente el distanciamiento de los viejos métodos políticos.

Este combo explosivo impulsó que Alejandro Monteiro se convirtiera en el vocero mediático para llevar calma a una semana donde el anarquismo parecía estar más del lado de quienes debían resolver el conflicto, que del propio conflicto social.

El ministro de Energía y Recursos Naturales de la provincia le puso números a la actual situación, explicó que el gobierno provincial no acudirá a la fuerza y encauzará las conversaciones por la vía institucional.

En el extenso reportaje realizado por Sofía Diamante en La Nación, reconoció que las estrategias implementadas por la administración provincial generaron una pérdida de $ 7 millones por día en concepto de regalías, y que en el actual contexto “las empresas tienen fundamentos para decir que no han podido llevar adelante todas las inversiones que estaban previstas en el marco del Plan Gas”.

A su vez, Monteiro reconoció que el inconveniente que se presenta es saber si la sociedad es capaz de lidiar con los conflictos para “llevar adelante las inversiones de una manera adecuada”, sincerando -de esta forma- una realidad que las empresas internacionales vienen reclamando desde hace tiempo

Lo cierto es que las grandes corporaciones trabajan en países petroleros con diferentes niveles de conflictividad donde los riesgos técnicos, geológicos, económicos, jurídicos, gremiales y sociales son evaluados para establecer la factibilidad de cada proyecto y su desarrollo futuro.

En realidad, desde hace más de 20 años que Neuquén no ha podido generar las condiciones para encauzar los diversos conflictos que periódicamente se repiten y marcan un cambio en las relaciones de poder.

El soldado Carrasco, el docente Fuentealba y la empleada Teresa Rodríguez son solo algunos de los hechos relevantes de la historia neuquina que marcaron un cambio de relación entre el poder representado por el gobierno y el poder de los representados.

El gran reto de la nueva gestión fue expuesto por Alejandro Monteiro en la nota del sábado pasado. “Una vez que podamos llevar a la resolución del conflicto” expresó en La Nación, el desafío será “buscar los mecanismos para que podamos dirimir las tensiones que puede haber con mecanismos de convivencia, y que no terminen afectando a toda la economía de la provincia.”

Convivencia, diálogo y comunicación serán los nuevos lineamientos que reemplazarán el silencio inicial que dominó este conflicto. Lo cierto es que, de alcanzar estos objetivos, es probable que las empresas contemplen en sus planes de inversión 2022 a la formación Vaca Muerta como un nuevo destino factible, sin tener que incrementar el nivel de riesgo por la actual conflictividad local.